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Mostrando las entradas de enero, 2011

Clic de la semana

  Varias horas después de la aparición bullanguera y polvorienta de " el aventurero " --un camión medio destartalado que espetó brumas de monóxido a diestra y siniestra en el desierto que encajona el mar de Tortugas (Casma, Áncash)--, una niebla espesa borroneó el fulgor veraniego, opacando al sol y convirtiendo a la brisa acariciante en viento alboratado. Cuando ese panorama se imponía y la nostalgia amenazaba con golpear al viajero, una voz inspiradora lo anima, lo alerta, le hace levantar la mirada hacia el horizonte mustio, hacia aquel espigón bastante maltrecho y acosado por la marea, en el que una pareja de recién casados, estrena sus sonrisas y ensaya sus primeros mohínes de esposos. Una imagen inesperada en una tarde escasamente pasional. Eso les importa poco a Maylín y Miguel. Ellos están frente al mar, acaso tan inmenso como el cariño que les llevó a unir sus vidas, a juntar sus caminos y esperanzas, a prometerse amor eterno e incondicional en una tarde de enero.

El primer clic del 2011

En una mañana de sol austero y niebla galopante, u n camión veterano y al borde de la jubilación, irrumpe bullicioso en el desierto marítimo de Tortugas (Casma, Áncash), una pacífica ensenada que despunta como un oasis en el horizonte norteño. De andar humeante, su estampa poco bravía despertó la atención del lente viajero de Explorando que, justo en ese instante, reflexionaba sobre si era pertinente que su clic inaugural del 2011, retratara a aquel pescadito frito con cebollita y tomate, que le hacía guiños desde un plato bien servido. Y en esas sabrosas y sesudas disquisiciones se encontraba, cuando apareció el camión amarillo con su tolva de madera y esas letras rojas que formaban la frase: El Aventurero; entonces, pensó que aquello no era una casualidad, sino uno premonición, una señal de los dioses viajeros -si es que estos existen-.  El pescadito podía y debería esperar. El camión, no. Tenía que ser la primera imagen del año porque su nombre se revelaba como una promesa

Simplemente Lima, la ciudad de todos

Ya pues. Despierta. Avívate. Mucho pensar y poco escribir. Ni que el aniversario de Lima fuera un tema tan complicado. Así que no te pierdas en elucubraciones y rapidito nomás redacta tus mil palabras. Nadie te va a creer ese cuento de que no tienes inspiración o que te falta una musa. Esas son tonterías, huachaferías de poetas romanticones sin versos y sin amores. Tú no eres poeta ni pretendes serlo. Tonto y huachafo quizás… uy, discúlpame por dejarte en evidencia; pero, volviendo al punto, no sé porqué te enredas tanto. Qué manera de complicarte. Si es tan fácil empezar con aquello de que fundada un 18 de enero de 1535 por el conquistador español Francisco Pizarro y que, desde siempre, es llamada la Ciudad de los Reyes o las Tres Veces Coronada Villa. Así de sencillo. Luego, coloreas tus párrafos haciendo referencia a Taulichusco, el último cacique del valle del Rímac, a Nicolás de Ribera “el viejo”, el primer alcalde; a Pancho Fierro y sus acuarelas costumbristas, a las enigmática