Señor Alan García Pérez
Presidente Constitucional de la República del Perú.
De mi mayor consideración.-
Me dirijo a Usted, para expresarle de la manera más respetuosa posible (algo que debería aprender, si me permite el consejo) mi malestar y fastidio frente a sus constantes arremetidas verbales, contra todos los ciudadanos que no pensamos como Usted y que, de manera democrática, disentimos con muchas de sus ¿geniales? propuestas.
En verdad, es bastante desagradable para mí -e imagino para muchos peruanos, escucharlo con cierta frecuencia a la hora del desayuno, queriendo destrozar con sus adjetivos, los argumentos y críticas planteadas a su gestión, desde diversos sectores sociales y políticos.
No lo tome a mal, señor Presidente, pero le aconsejo que duerma unas horitas más. Así –y disculpe esta frase un poquito soez- matamos dos pájaros de un solo tiro: evitamos la indigestión de muchos compatriotas y Usted no empaña su fama de brillante orador, con esas diatribas matutinas cargadas de imprecaciones e insultos.
Recuerde que en boca cerrada no entra mosca -vuelvo a pedirle disculpa por el uso de refranes, quizás no están a la altura de un “estadista” que cita a Calderón de la Barca y a Vallejo-, imagino que para Usted eso es bastante complicado, pero en verdad inténtelo, se lo digo de todo corazón. Total, ya no está en campaña. Ya no tiene que mentir para ganar un voto.
No se moleste por mi comentario. No es un insulto ni una falacia. Usted, yo y millones de peruanos, sabemos que en su gobierno está haciendo todo lo que dijo que no haría.
Que mucha prensa sufra de amnesia y otra le haya perdonado ese “pecadito” venial, no le da derecho, señor García –y aquí le quito lo de presidente porque estoy empezando a molestarme- a despotricar contra quienes pensamos que muchas de sus propuestas carecen de fundamentos y son sólo disparos al aire, para distraer la atención.
Pero no quiero alejarme de la razón de esta carta. Como le decía al principio, le escribo para expresarle como ciudadano peruano que ya estoy cansado de escuchar los agravios que Usted, el presidente de mi país, espeta sin ninguna muestra de respeto hacia sus conciudadanos.
No es justo ni digno para un primer mandatario que se precie de serlo, llamar apocados o deprimidos a quienes consideran poco viables –por no decir traídas de los cabellos- algunas de sus propuestas.
Capaz no lo recuerda. Tal vez su verborrea “tiene vida propia” y le hace decir tantas sandeces. Por eso, voy a transcribir lo que dijo ayer, cuando arremetía contra quienes consideramos su propuesta olímpica, como un auténtico disparate, un engaña muchacho, una broma de mal gusto para un país pobre, donde millones de personas apenas si pueden llevarse un pan a la boca.
No digo más. No quiero que me acuse de resentido o demagogo –de esto último Usted sabe mucho-. Ahora procedo a citarlo. Lea con atención señor García y dígame que le parece esta párrafo:
“El Perú va a presentar su candidatura para el año 2020, definitivamente. Y que no le tengan miedo los apocados, los deprimidos, los que juegan en segunda y tercera división. Que se queden en la tribuna y dejen jugar al Perú en primera”.
¿Se da cuenta de las barbaridades que habla?, ¿ya comprende mi fastidio y el de muchos peruanos? Reconozco que no comparto su “espíritu olímpico”. ¿Es delito no hacerlo? ¿Eso me convierte en apocado y deprimido?. Tampoco crea que soy extremadamente susceptible, pero ya son varias las veces en que le escucho decir cosas similares.
En verdad, uno se cansa de su violencia verbal, de sus palabras impertinentes, también de su estrenado optimismo que linda con la ingenuidad. Por eso le escribo, señor García, para decirle que deje de insultarnos y termine con sus ridículos sueños de grandeza.
Somos compatriotas y en vez de desdeñar nuestra posición con sus palabras venenosas, convénzanos de su proyecto con una propuesta seria, que avale -si esto es posible- la candidatura de Lima a ciudad olímpica... aunque creo que le estoy pidiendo mucho.
Sin otro particular, me despido de Usted,
Atentamente,
Rolly Valdivia Chávez
(Superviviente de su primer gobierno)
Presidente Constitucional de la República del Perú.
De mi mayor consideración.-
Me dirijo a Usted, para expresarle de la manera más respetuosa posible (algo que debería aprender, si me permite el consejo) mi malestar y fastidio frente a sus constantes arremetidas verbales, contra todos los ciudadanos que no pensamos como Usted y que, de manera democrática, disentimos con muchas de sus ¿geniales? propuestas.
En verdad, es bastante desagradable para mí -e imagino para muchos peruanos, escucharlo con cierta frecuencia a la hora del desayuno, queriendo destrozar con sus adjetivos, los argumentos y críticas planteadas a su gestión, desde diversos sectores sociales y políticos.
No lo tome a mal, señor Presidente, pero le aconsejo que duerma unas horitas más. Así –y disculpe esta frase un poquito soez- matamos dos pájaros de un solo tiro: evitamos la indigestión de muchos compatriotas y Usted no empaña su fama de brillante orador, con esas diatribas matutinas cargadas de imprecaciones e insultos.
Recuerde que en boca cerrada no entra mosca -vuelvo a pedirle disculpa por el uso de refranes, quizás no están a la altura de un “estadista” que cita a Calderón de la Barca y a Vallejo-, imagino que para Usted eso es bastante complicado, pero en verdad inténtelo, se lo digo de todo corazón. Total, ya no está en campaña. Ya no tiene que mentir para ganar un voto.
No se moleste por mi comentario. No es un insulto ni una falacia. Usted, yo y millones de peruanos, sabemos que en su gobierno está haciendo todo lo que dijo que no haría.
Que mucha prensa sufra de amnesia y otra le haya perdonado ese “pecadito” venial, no le da derecho, señor García –y aquí le quito lo de presidente porque estoy empezando a molestarme- a despotricar contra quienes pensamos que muchas de sus propuestas carecen de fundamentos y son sólo disparos al aire, para distraer la atención.
Pero no quiero alejarme de la razón de esta carta. Como le decía al principio, le escribo para expresarle como ciudadano peruano que ya estoy cansado de escuchar los agravios que Usted, el presidente de mi país, espeta sin ninguna muestra de respeto hacia sus conciudadanos.
No es justo ni digno para un primer mandatario que se precie de serlo, llamar apocados o deprimidos a quienes consideran poco viables –por no decir traídas de los cabellos- algunas de sus propuestas.
Capaz no lo recuerda. Tal vez su verborrea “tiene vida propia” y le hace decir tantas sandeces. Por eso, voy a transcribir lo que dijo ayer, cuando arremetía contra quienes consideramos su propuesta olímpica, como un auténtico disparate, un engaña muchacho, una broma de mal gusto para un país pobre, donde millones de personas apenas si pueden llevarse un pan a la boca.
No digo más. No quiero que me acuse de resentido o demagogo –de esto último Usted sabe mucho-. Ahora procedo a citarlo. Lea con atención señor García y dígame que le parece esta párrafo:
“El Perú va a presentar su candidatura para el año 2020, definitivamente. Y que no le tengan miedo los apocados, los deprimidos, los que juegan en segunda y tercera división. Que se queden en la tribuna y dejen jugar al Perú en primera”.
¿Se da cuenta de las barbaridades que habla?, ¿ya comprende mi fastidio y el de muchos peruanos? Reconozco que no comparto su “espíritu olímpico”. ¿Es delito no hacerlo? ¿Eso me convierte en apocado y deprimido?. Tampoco crea que soy extremadamente susceptible, pero ya son varias las veces en que le escucho decir cosas similares.
En verdad, uno se cansa de su violencia verbal, de sus palabras impertinentes, también de su estrenado optimismo que linda con la ingenuidad. Por eso le escribo, señor García, para decirle que deje de insultarnos y termine con sus ridículos sueños de grandeza.
Somos compatriotas y en vez de desdeñar nuestra posición con sus palabras venenosas, convénzanos de su proyecto con una propuesta seria, que avale -si esto es posible- la candidatura de Lima a ciudad olímpica... aunque creo que le estoy pidiendo mucho.
Sin otro particular, me despido de Usted,
Atentamente,
Rolly Valdivia Chávez
(Superviviente de su primer gobierno)
Comentarios
Realmente muchos estamos con esa espina del gobierno anterior...ahora estamos atravezados con su verbo florido.
Más parece un ser deforme con tanta comida que se embute...que deje algo para los verdaderos pobres.
Porque "la pobreza en el Perú es menos"...la pobreza de los ricos.
El presidente García anda bastante suelto de lengua. Debería controlarse y pensar más lo que dice.
Saludos,