No me sorprende que una de las imágenes de Luis Yupanqui –Lucho para los amigos- fuera seleccionada entre las 60 finalistas del concurso Mountains & People Global Digital Photo, organizado por el Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas (ICIMOD por sus siglas en inglés).
Y es que su calidad profesional está fuera de toda discusión. Sus imágenes son el fiel reflejo de la pasión que siente por la fotografía y del espíritu viajero que lo impulsa desde hace muchos años, a recorrer el Perú con la cámara al ristre, para pintar con ayuda de la luz y de las sombras, las maravillas naturales y culturales del país.
Una de esas maravillas, el puente colgante Pukayaku en el Callejón de Conchucos (Ancash), lograría ubicarse entre las 60 mejores del evento. En total, los organizadores recibieron 1,100 imágenes enviadas por 336 fotógrafos de todo el mundo. El ganador fue Prem Hang Banem, con una fantástica toma del lago Gufa-Pokhari en Nepal.
Compañero de travesía en más de una ocasión, a Lucho –puedo llamarlo así porque me considero su amigo- lo conocí en febrero del 2005, minutos antes de subir a un bus que nos conduciría a Huaraz.
Sin duda un excelente lugar para conocer al colega con el que recorrería durante cinco días el Inka Naani, un vistoso tramo del Qhapaq Ñan que une las regiones de Ancash y Huánuco.
Ambos habíamos sido comisionados por la revista Rumbos de Sol & Piedra, para preparar un reportaje de la ruta. Él haría las fotos y yo me encargaría de la redacción.
Ya en la agencia, no tuvimos mayores problemas para reconocernos. Nos saludamos, hablamos, coincidimos en que febrero no era un buen mes para andar en la sierra. Acertamos. La lluvia, el barro, el granizo, la carpa enclenque que dejaba pasar el agua, terminarían por complicar la ruta y sellar nuestra amistad.
Semanas después, sus imágenes y mis palabras le darían vida a un aguerrido reportaje, en el que tratamos de transmitir a los lectores, el aura mística y legendaria del sendero inca.
Desde entonces los caminos nos han vuelto a juntar en varias oportunidades, aunque no hemos publicado un reportaje compartido. Tarde o temprano ocurrirá y, sin duda alguna, será un excelente material periodístico.
Hoy, al enterarme de su inclusión como finalista, me permito dedicarle este post en Explorando, con el cual sólo pretendo reconocer su profesionalismo y resaltar la obstinada vocación que lo lleva a seguir viajando, fotografiando, descubriendo los rincones más bellos e inhóspitos del país.
No es fácil persistir. Él lo sabe tanto como yo. Pero igual seguimos. Somos tercos o tontos, quién sabe; aunque eso no importa cuando tu corazón y tu mente te piden o exigen que sigas haciendo lo que más te gusta. De eso se trata la vida o ¿no?
Y es que su calidad profesional está fuera de toda discusión. Sus imágenes son el fiel reflejo de la pasión que siente por la fotografía y del espíritu viajero que lo impulsa desde hace muchos años, a recorrer el Perú con la cámara al ristre, para pintar con ayuda de la luz y de las sombras, las maravillas naturales y culturales del país.
Una de esas maravillas, el puente colgante Pukayaku en el Callejón de Conchucos (Ancash), lograría ubicarse entre las 60 mejores del evento. En total, los organizadores recibieron 1,100 imágenes enviadas por 336 fotógrafos de todo el mundo. El ganador fue Prem Hang Banem, con una fantástica toma del lago Gufa-Pokhari en Nepal.
Compañero de travesía en más de una ocasión, a Lucho –puedo llamarlo así porque me considero su amigo- lo conocí en febrero del 2005, minutos antes de subir a un bus que nos conduciría a Huaraz.
Sin duda un excelente lugar para conocer al colega con el que recorrería durante cinco días el Inka Naani, un vistoso tramo del Qhapaq Ñan que une las regiones de Ancash y Huánuco.
Ambos habíamos sido comisionados por la revista Rumbos de Sol & Piedra, para preparar un reportaje de la ruta. Él haría las fotos y yo me encargaría de la redacción.
Ya en la agencia, no tuvimos mayores problemas para reconocernos. Nos saludamos, hablamos, coincidimos en que febrero no era un buen mes para andar en la sierra. Acertamos. La lluvia, el barro, el granizo, la carpa enclenque que dejaba pasar el agua, terminarían por complicar la ruta y sellar nuestra amistad.
Semanas después, sus imágenes y mis palabras le darían vida a un aguerrido reportaje, en el que tratamos de transmitir a los lectores, el aura mística y legendaria del sendero inca.
Desde entonces los caminos nos han vuelto a juntar en varias oportunidades, aunque no hemos publicado un reportaje compartido. Tarde o temprano ocurrirá y, sin duda alguna, será un excelente material periodístico.
Hoy, al enterarme de su inclusión como finalista, me permito dedicarle este post en Explorando, con el cual sólo pretendo reconocer su profesionalismo y resaltar la obstinada vocación que lo lleva a seguir viajando, fotografiando, descubriendo los rincones más bellos e inhóspitos del país.
No es fácil persistir. Él lo sabe tanto como yo. Pero igual seguimos. Somos tercos o tontos, quién sabe; aunque eso no importa cuando tu corazón y tu mente te piden o exigen que sigas haciendo lo que más te gusta. De eso se trata la vida o ¿no?
Comentarios
Me gustaría realizar un enlace desde su blog a mi sitio http://www.ofertasparaviajar.es/ . ( usar keyword "Viajes")
Asimismo, yo lo enlazaría desde mi portal de noticias http://blogdenoticias.com/
En caso de estar de acuerdo, por favor me lo hace saber a yumbeeblogs@gmail.com a fin de realizar los enlaces correspondientes.-
Saludos Cordiales.-
Ruben
Déjame ver tu página y te escribo directamente a tu correo.
Un saludo cordial y gracias por visitar Explorando.