Lejos de Mistura y sus colas interminables, cerca del mar y de sus olas seductoras, entre la Panamericana Norte y la playa de Máncora, en pleno Malecón que une el asfalto con el océano, el señor Hermes, el talareño Hermes, el cocinero Hermes, prepara con vertiginosa destreza y envidiable sazón, sendos y portentosos ceviches de conchas negras. Parapetado tras un carretillón con apariencia de tanque y con montones de conchas sin abrir, limones con todo su jugo y cebollas a la espera de ser picaditas, el experto cevichero aguarda con paciencia a sus potenciales comensales: turistas, mochileros, surfistas, rastras, serenos y parejitas de enamorados, esposos y hasta de amantes. "De todo cae por aquí", dice el talareño mientras sazona las conchas, luego de abrirlas certeramente con una especie de guillotina. "Ya va a probar, no se desespere", tranquiliza a su futuro comensal, que llegó mascando sus angustias y su hambre, luego de terminar un mísero menú que se le quedó e...