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Mostrando las entradas de mayo, 2010

Visiones de Nor Yauyos Cochas

De Lima a Huancayo. Viaje nocturno. Carretera bloqueada. Accidente. Pasar despacio. Retraso. Llegar más tarde a la "incontrastable". Llamadas, coordinaciones. Ojalá no se vayan sin mí. Ojalá me esperen. Arribo. Encuentro con los guardaparques del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). Uf, me esperaron, me salve. Desayuno a la volada, desayuno entre nuevos amigos. Se prepara otra partida. De vuelta a la carretera Central, como volviendo a Lima. Desvío en Pachacayo (provincia de Jauja, Junín). Hacia la izquierda. Hacia la SAIS Túpac Amaru. Hacia Nor Yauyos Cochas, la primera reserva paisajística del país. Altura, páramos, montañas, nevados, también lagunas. El inicio de un camino antiguo, prehispánico, histórico, un camino que da ganas de recorrer. Será para la próxima. Hoy andas motorizado. Avance, saltos, polvo. Detener la marcha. Pampa con vicuñas. Bajar, observar, ser golpeado por el viento. Volver al vehículo. Ventanas cerradas, calor ac

Los pueblos de Nor Yauyos Cochas

Pueblos silentes de calles vacías. Quietud y sosiego en una plaza que empieza a despojarse de las sombras. Amanece. Sale el sol en Vilca. Despiertan los viajeros. Se asoman a la plaza. La glorieta, la iglesia, los cerros como telón de fondo. No hay nadie o hay muy pocos. Los comuneros se han marchado al campo, a sus estancias, a cuidar a sus ganados. Calienta el día. Los viajeros excursi onan . Suben hacia un mirador. Visiones desde la altura: la laguna Papacocha, varias caídas de agua, faldas montañosas tapizadas de verdor y el pueblo aún vacío, con su puente de piedra, con sus comuneros ausentes, con su río de aguas murmurantes. Retorno a las calles de Vilca. Casas cerradas. Paredes de adobe y balcones de madera. Puertas con candados. Techos de calamina. Y seguimos andando. Nuestros pasos resuenan y levantan polvo. Nuestros pasos parecen conducirnos hacia el pasado. Nuestro pasos nos llevan a Huancaya, otro de los destinos de la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas. De Vilca a Huan

Clic de la semana

En su accidentado y fallido intento por descender a puro pedal desde Punta Callán hasta Huaraz (más de 20 kilómetros), el maltrecho lente de Explorando , se repuso de la fatiga y del susto de sus aparatosas caídas, para capturar esta imagen de unas aguas sospechosas, en las vistosas faldas de la cordillera Negra. Agüitas nada santas, agüitas que no has de beber pero que nadie hace correr en las cercanías de la abandonada mina aurífera Santo Toribio (caserío de Shecta), cuyas instalaciones empiezan a ser golpeadas por el olvido y, donde la querendona mamapacha , parece estar herida sin que nadie la atienda, sin que nadie se preocupe por ella. Desde este recodo del camino cimbreante que desciende a la capital ancashina, se observa a plenitud varios de los nevados de la cordillera Blanca, incluyendo al mítico Huascarán; pero, también, se vislumbran las instalaciones a tajo abierto de la gigantesca mina Pierina. Al verla, uno se pregunta si el abandono actual de Santo Toribio se repetirá

Valle de aventura

Ya pues, vamos, escribe. No seas flojo, no te abandones ni te entregues al relajo. O acaso piensas que aún estás en Lunahuaná, disfrutando del sol, de la bienvenida con pisco sour en una casa habitada por la historia, de la conversación con viejos socios de camino o de las palabras de estreno con flamantes conocidos. Reacciona, ubícate, ya estás en la ciudad, frente al computador y no mirando el río Cañete con sus aguas esplendorosas ni caminando por el puente colgante del anexo de Paullo; menos en el concreto puente de Socsi, donde siempre llegan las balsas y los kayaks que participan en esa competencia clásica, tradicional, insustituible en los festivales de aventura que todos los años se organizan en el valle. Tampoco estás sentado en la orilla ribereña o en el camping San Jerónimo, teniendo como única preocupación los ataques siempre traicioneros de los mosquitos. Ojo, mira bien, estás en esa silla incómoda y algo desvencijada de tu dizque oficina, así que déjate de remembranzas