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Mostrando las entradas de agosto, 2009

Clic de la semana

En el resquicio de las sombras rocosas que flanquean las riberas de la laguna Parón (provincia de Huaylas, Áncash), se perfila el pico nevado del Chacraraju, creando una imagen contrastante, de luz y oscuridad, imposible de ser ignorada por el inquieto lente de Explorando . Parón (4,185 m.s.n.m.) es la laguna más grande del parque nacional Huascarán y, también, una de las de mayor belleza por estar rodeada de los nevados Huandoy, Pisco, Garcilaso (una perfecta pirámide de hielo), Paria, Artesonraju, Caraz y Aguja. Su cercanía a las ciudades de Caraz (32 kilómetros por una vía sin asfalto) y Huaraz (100 km), convierten a este espejo de agua en un potencial atractivo turístico que, manejado con inteligencia, puede ser un bastión ecológico y una fuente de ingresos para los poblaciones locales. Pero todo es una utopía. En Parón hay un conflicto entre las comunidades y la empresa Duke Energy Egenor. La tensión llegó a su límite el 29 de julio del 2008, cuando la población de Cruz de Mayo,

Retratos de Puerto Inca

Rostros, miradas, gestos. Retratos de la selva. Gente del bosque. Nativos e inmigrantes. Yaneshas, ashaninkas y mestizos en Santa Teresa, hermanos de todas las regiones en Puerto Sira y hasta un descendiente de colonos tiroleses en un fundo ganadero. Obviar el paisaje. Desdeñar el bosque, los quiebres del río, la cordillera que se dibuja en el horizonte, para fijar tu objetivo en los hombres barbados y pelilargos que adoran a Jehová, en las niñas que aprenden a rezar, en los jóvenes que le regalan melodías a Dios, con guitarras y un órgano electrónico. Ofrendas y plegarias en Puerto Sira. Frontera viva, "lugar sagrado" para los israelitas del nuevo pacto universal , los seguidores del extinto Ezequiel Ataucusi, el "profeta" que reinterpretó las sagradas escrituras y los diez mandamientos. Él propagó su palabra en las zonas más deprimidas de un país doliente, sufrido, sin muchas esperanzas. Se termina la luz, se avecina la noche. El jefe de la comunidad de Santa Ter

Clic de la semana

Nunca hay que fiarse del todo. Siempre debe quedar un resquicio para la duda. ¿Cuánto hay que caminar?, ¿qué es lo que vamos a ver?. Las preguntas se repiten, se formulan una y otra vez. Es cerca, dicen. Es bonito, se entusiasman. Es una catarata, te ilusionan. Sales temprano. Te guían, te acompañan. Tus pasos dejan huella en el barro, en la tierra fecunda, en los ejércitos de hormigas que tratas de esquivar... pero están en todos lados. Oyes el rumor del agua. Estás cerca. Falta poco. Te apresuras. Te gana la ansiedad. "Hay que bajar", te dicen. Más barro, un senderito inclinado entre el follaje. Resbalones. Pasos en falso. No importa, hay que seguir. Son gajes del camino. Llegas. Un espejo de agua en el verdor de la selva. Es vistoso, es lindo, es sosegado. ¿Y la catarata?... Nada, no existe, sólo pequeñísimas caídas de agua que se precipitan entre rocas humedecidas. "Más allá está", te explican. "Demora y hay que abrir trocha", agrega otra voz. No hay c

Con atraso también vale

Hace unas semanas -varias, muchas, quizás demasiadas- viajé hasta Pomabamba y Piscobamba (Áncash), para traerle a los lectores de Explorando, la historia escrita por los pasos presurosos y acrobáticos de decenas de chasquis, en los caminos agotadores, exigentes y a veces atemorizantes de su tierra, el Callejón de Conchucos. Pero este vez he sido un pésimo mensajero. Escribí otras historias, publiqué otras imágenes, volví a alejarme de Lima y, al retornar, me tomé los feriados de las fiestas patrias con excesiva seriedad, tanta, que me olvidé de mi clásico mensaje por 28 de julio y de redactar alguna entrada sobre mi aventura en Puerto Inca, en la lejana selva de Huánuco. Y antes de que los jóvenes mensajeros de Conchucos decidan emprender su marcha a Lima, para apanarme o agarrarme a huaracazos, publicó estas imágenes de la "Karrera de Chaskis" que unió el observatorio de Yaino (alturas de Pomabamba) con la plaza de Armas de Piscobamba. El recorrido superó los 30 kilómetros.