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Mostrando las entradas de 2007

Extraño adiós al 2007

Dónde el autor se olvida de los buenos deseos y se despide con encono del año 2007, con la única intención de exorcizar a sus propios demonios. Adiós 2007. Te despido sin nostalgia y sin alegría porque no fuiste un buen año. En verdad ni siquiera tengo ganas de hacer un balance de tus 12 meses. No quiero pensar en los chispazos de alegría ni en las sonrisas fugaces, tampoco en las frustraciones ni en el panorama tristemente gris que opacaron varios, muchos -quizás demasiados- de tus días. Al fin te vas, 2007. Nada es eterno ni siquiera tú y tus desdichas, tú y tus tragedias, tú y tu obstinación por arrancarle centenares de vidas al sur del Perú, de enterrar esperanzas y futuros, de sumir en la desesperación y el dolor a miles de nuestros compatriotas, miles de nuestros hermanos. Muchos se preparan a celebrar tu partida. Te quemarán simbólicamente y harán estallar bombardas y fuegos de artificio. Luego vendrán los abrazos, los buenos deseos, el correr con una maleta en la mano o el come

Carta navideña

Cuando era un niño mis padres me decían que debía escribirle una carta a Papa Noel, indicándole que juguetes quería en la Navidad. Si me había portado bien durante el año, aquel anciano fortachón de tupidas barbas blancas, me traería el regalo anhelado, previa consulta y autorización del Niño Dios o Jesús o Manuelito. La tarea era harto complicada. Primero tenía que reflexionar, pensar, decidir que juguete “bueno con B de Basa” era el que más me impresionaba. Después, debía de convencer a alguno de mis hermanos, para que se encargara de la redacción de la misiva, la cual siempre comenzaba con un “Querido Papa Noel, en esta Navidad quisiera que me regales…”. Años después, cuando aprendí a escribir en las las aulas del Centro Educativo 1100, me libré de ese enojoso paso y solito nomás arrancaba una hoja de un cuaderno cualquiera, cogía un lápiz y despacito comenzaba a trazar cada una de las letras. Pero mi esmero era en vano. Mi caligrafía es un auténtico desastre -casi un jeroglifo- de

La magia del presidente García

Donde el autor -enojado porque nadie le ha obsequiado ni la pasa de un panetón- se le prende al presidente de la República y a los mineros que se oponen a la creación de un ministerio del Medio Ambiente. Cuando un país tiene un presidente como Alan García Pérez, el ejercicio del poder se convierte en un fabuloso espectáculo de magia, en el que cotidianamente se hipnotiza al público con palabras de artificio, se le entretiene sacando del sombrero palomas -¿apristas?- y rabiosos perros del hortelano, y se le hace soñar con un Perú distinto, gracias al Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Si el mago está particularmente inspirado, cierra su show con una danza exótica o un refrescante seco y volteado, que genera la hilaridad y la ovación plena de sus incondicionales –sinceros o pagados, vaya uno a saber-, que abarrotan la plaza mustia de un pueblo empobrecido, el auditorio de un hotel cinco estrellas repleto de empresarios o los suntuosos ambientes del Palacio de Gobierno. Y

Clic de la Semana

El fastuoso ajuar mortuorio del Señor de Sipán, el gobernante moche rescatado del olvido histórico por el arqueólogo peruano Walter Alva, es uno de las mayores muestras del esplendor y la sensibilidad artística de los antiguos pobladores del norte del país. Descubierto hace veinte años en la Huaca Rajada -29 kilómetros de Chiclayo, la "Capital de la Amistad"- las joyas de oro y plata, las orejeras y pectorales, los collares y cetros del dignatario prehispánico, se atesoran en el magnífico museo Tumbas Reales de Sipán, en la acogedora localidad de Lambayeque, en la región del mismo nombre. Hoy, cuando me preparo a volver en compañía de mis colegas y amigos, Luis Yupanqui e Iván Reyna, con quienes dictaré un Taller de Periodismo de Viaje en la universidad de Chiclayo, comparto con ustedes esta imagen que expresa la grandeza del Perú milenario, del Perú prehispánico, del Perú universal.

Vuelos amazónicos

Esta vez en Explorando nos olvidamos de las palabras o, dicho de otra manera, las mandamos a volar, para andar más a tono con las imágenes que hoy publicamos. Eso sí, esperamos que sea verdad aquello de que una foto vale más que mil palabras. De esa manera, mis estimados lectores tendrán bastante para leer (o imaginar) en este post. Y así como he mandado a volar a las palabras, me atrevo a pedirles a ustedes que desplieguen las alas de su imaginación por un instante y vuelen por los cielos de Tambopata (Madre de Dios), sintiendo el calor de la selva y contemplando con ojos de pájaro la espesura del bosque, el furor impetuoso de los ríos, el estallido de diversidad de la Amazonía peruana.

Más vale tarde que nunca

Después de varias lunas (demasiadas para mi gusto), los créditos de Magaly Ramos Carrillo, directora de Punoinfo.com, y de Carmen Solís Paredes, practicante de dicho medio, fueron borrados de la crónica La procesión del Señor de los Milagros: “Un fenómeno social y religioso de grandes proporciones" , texto que contenía varios párrafos copiados literalmente de Explorando Perú . Ahora, el artículo consigna como fuente la dirección de esta bitácora. De esa manera, se reconoce mi autoría, aunque, para ser sincero, hubiera preferido que el texto fuera bajado definitivamente de la web puneña. Pero nada es perfecto... Con este post, quiero poner punto final al enojoso suceso, lamentando una vez más, el doloso accionar de las "periodistas" mencionadas anteriormente, quienes sin un ápice de respeto por el trabajo de un colega, recurrieron al plagio con el único propósito de engañar a sus lectores.

Clic de la Semana

Y un buen día volvió. Quizás algunos lectores lo hayan extrañado; otros, tal vez, ni se dieron cuenta de su ausencia. Sea como sea, el Clic de la Semana retorna -vigoroso, triunfal y renovado- a esta bitácora viajera. . Eso sí, no podemos afirmar tajantemente que aparezca puntualito todos los jueves. Es probable que salga antes o después, también se puede dar el caso que no se publique, porque este Clic es medio engreído y bastante caprichoso. Lo importante es que la sección ha retornado, para mostrarnos -en señal de reencuentro- a dos mariposas descubiertas en "situación comprometedora", por el atrevido, irrespetuoso y poco discreto lente de Explorando Perú, en su travesía por las espesuras selváticas de Tambopata (Madre de Dios). A pesar del fastidioso intruso, las mariposas siguieron en lo suyo... cosas de la naturaleza.

Mar sin piratas

Para no aburrir a mis lectores con mis desventuras y pleitos en defensa de mis derechos de autor, rescato estas imágenes de mi último viaje a Máncora (provincia de Talara, Piura), en las que -felizmente- no aparece ningún pirata, sólo un mar bello y prometedor, capaz de aliviar cualquier enojo. Relajémonos juntos y, por un momento, olvidemos las penas y tristezas.

De nunca acabar...

Cuando parecía que la Triste historia de un plagio había llegado a su fin, la crónica La procesión del Señor de los Milagros: “Un fenómeno social y religioso de grandes proporciones ”, ha vuelto a ser publicada en Punoinfo.com, sin cambiar los créditos, eliminar los párrafos copiados o hacer mención del autor y la fuente original. La única novedad es que Magaly Ramos, directora de dicho medio y, a la sazón, una de las firmantes del artículo plagiado, explica o intenta explicar en unas cuantas líneas, lo sucedido con la crónica en mención. De esa manera, responde o cree responder, a la serie de mensajes que denuncian la descarada copia. Lamentablemente, sus argumentos son tan simples y manidos, digamos primariosos, que ni el bondadosísimo Señor de los Milagros, le otorgaría su indulgencia. La ¿periodista? Ramos, tal vez inspirada por aquella frase de que la cuerda siempre se rompe por el lado más débil, arguye que fue la señorita Carmen Solís Paredes (la supuesta coautora de la nota)

Al fin...

El Semanario Punoinfo.com, acaba de retirar el artículo "La procesión del Señor de los Milagros: un fenómeno social y religioso de grandes proporciones", el mismo que, como expliqué en el post anterior, contenía párrafos enteros (incluyendo el titular) de una crónica de mi autoría. El plagio se perpetró el 23 de octubre, pero sólo fui advertido del penoso suceso, el pasado miércoles, gracias al mensaje de uno de los lectores de Explorando . A partir de ese momento, varios colegas y amigos de esta bitácora, me han expresado su solidaridad. Además, en la web puneña aparecieron sendos mensajes exhortando al retiro del texto y una disculpa pública por parte de las ¿periodistas? que firmaban la nota plagiada. Y si bien el artículo ya ha sido retirado, hasta el momento no recibo ninguna comunicación de parte de ellas, excusándose por su flagrante violación a la ética periodística. Tampoco le han explicado a sus lectores, las razones por las que la nota ha sido levantada. Ahora, en

La triste historia de un plagio

Por respeto a mis lectores, me veo en la obligación de denunciar un suceso bastante desagradable del que acabo de enterarme, gracias a un mensaje recibido en el post Lima de Milagros , del 06 de octubre del 2005. En la misiva me informan que parte de dicho artículo, aparecía en un texto firmado por Magaly Ramos y Carmen Solís. Como es lógico, el remitente del mensaje se pregunta: ¿alguien plagia a alguien?, aunque dice estar “casi seguro que el señor Valdivia es la víctima”. Y no se equivoca al hacerlo. He sido plagiado de una forma burda y evidente, como lo comprobé al realizar una búsqueda de los nombres de las “periodistas” mencionadas. Fue así que llegué al artículo: La procesión del Señor de los Milagros: “Un fenómeno social y religioso de grandes proporciones ”, publicado el 23 de octubre del 2007, en el semanario Punoinfo.com. Con sorpresa e indignación, descubrí el plagio desde el titular, el cual corresponde a una de las frases de mi texto. Eso no era todo, cinco de los once

Ni muerto ni de pachanga...

Quienes pensaban que este aguerrido blog ya era historia ... están equivocados. También caen en un craso error, los que creían que el autor de esta bitácora, se había dejado engatuzar por una sirenita norteña o continuaba desparramado en las arenas de Máncora. Ni lo uno ni lo otro, Explorando vive y palpita, a pesar de que su autor hace tiempo no redacta ni una línea ni publica una foto tamaño carné. En el colmo del desparpajo, ese flojonazo justifica su sequía bloggera con el cuento de que no tiene tiempo, como si sus lectores no supieran su condición de "vagabundo profesional". El mismo se calificó de esa manera, mientras esperaba un bus en el Cusco. Por esa razón nadie o muy pocos le creen, cuando dice que está trabajando, escribiendo, editando hasta altísimas horas de la noche. Así que ya estás frito pescadito y mejor cuenta una de vaqueros. Pero más allá de las razones del silencio, el responsable -o irresponsable- de esta bitácora, se compromete a volver por sus fuero

Máncora...

Calor. Mar. Arena. Máncora. Ceviche, arroz con mariscos, jalea, chicharrón de pescado. Olas, siluetas bronceadas, tablistas, muchas tablistas. Mototaxis, restaurantes, cabinas de Internet. Vendedores de chucherías, mochileros, hippies. Gringas tostadas, rastras desgreñados, limeñitas pitucas, alzadas, dizque fashion. Bikinis y tangas. Castillos de arena. Cervecita helada. Fulbito playero. Pelícanos y garzas. Sube la marea. Baja la marea. Crecen las olas, se achican las olas. Se corre o no se corre. Se intenta. Se puede... Un chapuzón. Una siesta en la arena. Más calor, más bikinis y tangas, más chelas. Más Máncora. Hora de irse. De volver al mar. Máncora sin Internet, sin post, sin bitácoras. Sólo playas, olas, diversión. Es dura la vida del viajero.

De lluvias y tierras fecundadas

Se extinguen los colores y la luz vivaracha del sol. Llueve con furor o con furia en la selva de Tambopata (Madre de Dios), imponiéndose sobre el cielo límpido y de ensoñadoras nubes esponjosas, un velo plúmbeo que convierte al follaje, a las aguas laberintosas y a las canoas que surcan el río, en siluetas borrosas, espectrales, acaso fantasmagóricas. Lluvia, tormenta, aguacero, chaparrón o chubasco; jamás una tímida garúa o una ridícula llovizna. Las gotas -gruesas, rápidas constantes- nutren el caudal de los ríos y refrescan las raíces de los árboles... un aroma a vida, una fragancia de tierra fecundada se expande en el ambiente. Ahora, el cielo de nubes nigérrimas parece estar a punto de venirse abajo, de caerse a pedacitos o de estar derritiéndose; entonces, sólo queda esperar, refugiarse bajo el toldo de la canoa y contemplar maravillado el espectáculo de la lluvia amazónica. Los animales se espantan, desaparecen, algunos acallan sus voces. La selva se hace distinta, se vuelve som

La envidia de Tarzán

No soy Tarzán ni pretendo serlo, pero por unos días me internaré en la selva, la amazónica no la africana, por si acaso, ya que el “presupuesto” de Explorando Perú –qué buena broma ¡cuál presupuesto!- no llega para tanto, con decirle que hay ocasiones en las que apenas si alcanza para pagar una chinita en la combi. No gritaré ¡ooooooohhhhhhoooooo! ni estaré acompañado de ninguna muchachita con vocación de Jane, tampoco andaré medio calato por las trochas ni buscaré lianas para pasear por las copas de los árboles. No tengo espíritu de exhibicionista ni quiero asustar a los animales que ya tienen suficiente con los peligros de extinción y las amenazas constantes de los hombres y las mujeres, porque en lo bueno y en lo malo, hay que aplicar la igualdad de género. Así que durante varios días andaré perdido –o, mejor dicho, más perdido que de costumbre- en la selva calurosamente tupida de Tambopata, en Madre de Dios, buscando encuentros cercanos o lejanos, en fin, de cualquier tipo, con fi

Volver y partir

Volví. Sólo traje recuerdos y fotos, también un libro. Parece poco o casi nada, pero es más que suficiente, al menos para un viajero cuya única pretensión es la de descubrir y conocer. Por ahora no le pido más a los caminos. Me conformó con estar en ellos, yendo y viniendo, atesorando añoranzas, sembrando amistades, cosechando sonrisas, como ocurrió en Huamachuco, la capital de la provincia Sánchez Carrión, un rinconcito inspirador de la sierra liberteña. Volví pero no sé por cuanto tiempo. Volví pero anhelo retornar pronto al camino. Cerca o lejos, al norte o al sur. No lo sé. Por ahora, es mejor pensar que sigo en Huamachuco...

Amenaza de retorno

Me acerco a Lima otra vez. Ahora estoy en Trujillo, ciudad a la que llegué a las cuatro de la madrugada desde Huamachuco, después de varias horas de curvas y remezones, cortesía de una carretera a medio hacer que parece debatirse entre el asfalto y el afirmado polvoriente, entre la comodidad y la tortura. Lo bueno del asunto es que mi sueño viajero es cada vez más resistente, digamos que a pruebas de baches, asientos desfondados, vecinos gordos, niños berrinchudos y demás situaciones que atentan contra el merecido descanso en un vehículo interprovincial. Así que el peregrinaje de la sierra a la costa liberteña, apenas si lo sentí, lo que hoy me permite estar lúcido, bueno, tampoco debo exagerar, me permite estar despierto y escribir estas líneas, mientras hago tiempo para el tramo final Trujillo - Lima, un viajecito de 8 horitas nomás, en el que espero que mi sueño se imponga -como tantas otra veces- a los avatares del camino, para llegar fresquito a la capital. Bueno, se acaba mi tiem

Viajar...

Viajar, viajar, viajar, viajar, viajar… y un viajar más por si acaso, para que no quepan dudas, para que quede claro que vuelvo a explorar el Perú después de muchas lunas, demasiadas lunas, tantas, que ya pensaba cambiar el “y a veces vivo en Lima” de mis datos personales, por el de “y a veces, muy pocas veces, casi nunca salgo de Lima”. Pero no lo haré (¡bravo!, ¡hurra!, ¡redoble de tambores!). Se acabo la mala racha, el anclaje urbano, la retahíla de salidas postergadas. Y es que no hay mal que dure cien año ni viajero que lo resista, así que hoy, sí, hoy en la noche, partiré hacia Huamachuco , en la sierra de La Libertad, un destino pendiente en mi agenda andariega. Rencuentro con la aventura, con los caprichos del camino, con el palpitar de una travesía inédita. Me voy contento. Me despido feliz, tan feliz, que ahora solo tengo ganas de escribir: viajar, viajar, viajar, viajar, viajar… y un viajar más por si acaso. Vuelvo al camino.

Conozca Pacaipampa

“Un lugar que no aparece en el mapa ni en la carta nacional”, esa fue una de las frases que escribí en noviembre del 2005, al volver de la laguna el Páramo, en el distrito de Pacaipampa (Ayabaca, Piura). Lo más probable es que la laguna sigue estando ausente en los mapas y en la carta nacional. Pero, a diferencia del 2005, el nombre de Pacaipampa se publica ahora con frecuencia en la prensa, aunque la mayoría de quienes lo mencionan ni siquiera saben muy bien donde se encuentra y jamás han hablado con uno de sus pobladores. Quizás, si hubieran visitado la zona o compartido con su gente, su opinión respecto a los campesinos y comuneros de la sierra piurana, sería totalmente distinta. Sin duda, lo pensarían mil veces antes de escribir o decir con tanta ligereza, que ellos son violentos, intransigentes, opositores del progreso y fácilmente manipulables. Es curioso, pero antes de que surgiera un movimiento ambientalista contrario a la ejecución del proyecto minero Río Blanco, se sabía muy

Historias de buenos y malos

Del Castillo el cachascanista Donde el autor se disfraza de editorialista y, recontra asadazo, mete su cuchara en la actualidad nacional. Como si se tratara de una película de bajo presupuesto o un espectáculo de cachascán, el gobierno pretende llevar todos los conflictos sociales a una pelea entre buenos y malos, entre técnicos y rudos, entre patriotas que aman la libertad y apátridas renegados. No hay más. Así de simple, facilito y sin entrar en disquisiciones mayores, total, con ese argumento basta y sobra para que amplios sectores de la prensa apoyen con fervor al presidente de la República y despedacen a los “malos” de turno con sus plumas viperinas o su verbo cáustico. Todo sea por la democracia, el estado de derecho y la libre competencia. Y es por eso que Aldo Mariátegui ha olvidado su odio visceral al partido que alguna vez fue de Haya de la Torre, y ahora escribe –con pañuelo en mano y la marsellesa aprista como música de fondo- cenagosas editoriales en contra de los enemigo

Vivencias en el Sur (II Parte)

Los goles que no hice en el Campín Fin de semana en Chincha, la tierra de mi madre. Aventuras infantiles jugueteando en las polvorientas orillas de una acequia o viendo pelotear a mis hermanos y primos en el Campín, un terreno baldío convertido en mítico templo futbolero, en donde se disputaban ardorosas y apasionantes pichanguitas. Y digo “viendo pelotear” porque por más que sea el autor de esta bitácora, no estoy dispuesto a falsear la historia ni a presentarme como un Maradona en ciernes o como un jugador capaz de embrujar con sus fintas y dejar mal parado -es decir tirando cintura, es decir dando pena- a los recios defensores chinchanos. Nada de eso puedo contarles. Y es que nunca hice un quiebre ni robé una pelota ni siquiera me acuerdo muy bien si alguna vez jugué o vagabundeé en aquel terral convertido en cancha. En el mejor de los casos, se podría decir que era un suplente de lujo. Lo único malo es que no había entrenadores que ordenaran los cambios. Para colmo de males, yo era

Vivencias en el sur (I Parte)

La ruta del Hillman Donde al autor, a manera de homenaje, recuerda sus viajes infantiles a Chincha, la tierra de su madre, una de las ciudades más golpeadas por el terremoto del pasado 15 de agosto. Cuando era un niño mis andanzas viajeras se reducían a los 200 kilómetros de pocas curvas y mucha niebla que separan a Lima de Chincha; 200 kilómetros que recorríamos casi a paso de tortuga en el auto familiar, un Hillman verde del 66 que solía emberrincharse en plena carretera, dándole la razón a mis compañeros del CE 1100, que sin respeto alguno por aquel ¿bólido? europeo, le clavaron el deshonroso apelativo de “carcacha”. En varias ocasiones defendí aguerridamente el “honor” del auto de los Valdivia o de los Rolly’s -así llamaban a nuestro clan cuando aparecía victoriosa y cansadamente en tierras chinchanas-, pero mis argumentos se estrellaron siempre contra la cruda realidad: la “carcacha” era una carcacha, aunque me desgañitara diciendo lo contrario o decidiera cortársela para la salid

Último minuto

Ante las críticas generadas por la presentación del Pisco 7.9 –incluyendo mi furibundo post anterior - el ministro de la Producción, Rafael Rey Rey, tuvo que dar un paso atrás en su descabellada propuesta. La rectificación es saludable y oportuna, aunque, como suele ocurrir en la política peruana, el ministro argumentó que su iniciativa había sido malinterpretada, es decir, la culpa es nuestra por considerar de pésimo gusto la ingeniosa denominación que él -o sus asesores o sus amigos o vaya uno a saber quién diablos fue- había acuñado. Rey agregó que los cooperantes del exterior igual recibirían una botella de Pisco por su valioso apoyo, aunque esta ya no llevará el 7.9 en la etiqueta. El nuevo nombre aún no ha sido anunciado, pero después de esta penosa experiencia, sólo queda pedirle a todos los santos que iluminen al devotísimo encargado del despacho de la Producción. Para más información haga clic aquí .

El Rey de la ironía

Pisco 7.9: Descabellada propuesta ministerial Al inefable ministro de la Producción, Rafael Rey Rey, no se le ha ocurrido mejor idea en estos momentos de emergencia nacional, que anunciar el lanzamiento del Pisco 7.9, una edición limitada de la entrañable bebida de bandera, que sería obsequiada a los gobiernos e instituciones del exterior que han brindado su ayuda solidaria al Perú. No creo pecar de susceptible pero la iniciativa me parece una ironía macabra, una broma de pésimo gusto, una cachetada al dolor y la tristeza que hoy embarga a millones de peruanos. Y mientras en Pisco se levantan los escombros y se sigue llorando a las víctimas del violento terremoto, el ministro Rey –famoso por su catolicismo fanático y sus aires de inquisidor colonial- piensa en botellas de colección con el fatídico 7.9 impreso en sus etiquetas, como si hubiera que conmemorar o estar orgullosos de que un sismo de esa intensidad, ocasionara la muerte de más de 500 personas. Lleno de patriotismo, el “santu

No te quedes sin colaborar

Hay muchas formas de apoyar a los damnificados del terremoto del miércoles. Anímate y únete a esta gran cruzada. Donaciones de víveres y prendas de vestir : - Plaza Vea de Av. Javier Prado; TV Perú y Frecuencia Latina, puerta de la Universidad Católica del Perú, Asociación Civil Transparencia (Av. Belén 387 San Isidro), Universidad San Juan Bautista (Av. San Luis 1934), MHOL (Jr. Mariscal Miller 822, Jesús María). Voluntariado : -La Asociación Civil Transparencia convoca a voluntarios para ponerlos a disposición del Instituto Nacional de Defensa Civil. Interesados escribir al correo electrónico: piero@transparencia.org.pe . -La Cruz Roja Peruana solicita su participación para su programa de voluntariado. Interesados acercarse a su sede central (Av. Caminos del Inca cuadra 21, esquina con la Av. Nazarena, distrito de Surco) o llamar al 2753566, preguntar por Encargado del Voluntariado: Hilda Fernández. -La ONG Un Techo para mi País necesita de 300 voluntarios para la construcción de 10

Hora de apoyar

Agradezco sinceramente las muestras de preocupación de colegas y amigos del Perú y el extranjero que se han comunicado conmigo (vía msn o correo electrónico), para saber sobre mi estado de salud y el de mi familia, y expresarme su solidaridad por los trágicos momentos que vive el país. Como escribí en mi post anterior, Lima ha salido bien librada del terremoto. Más allá del susto, no se han producido derrumbes ni daños personales. Ahora, nos toca poner el hombro y, de una u otra manera, ayudar a nuestros hermanos que sufren en la región Ica. Todo aporte es necesario e indispensable. Hay muchas formas de colaborar y no hay que quedarse al margen. A continuación una relación de los lugares que reciben donaciones. * Para donar sangre : - Ministerio de Salud: Avenida Salaverry cuadra 8 - También puede hacerlo en los bancos de sangre de todos los hospitales del Ministerio de Salud (Dos de mayo, Loayza, etc.), Seguro Social de Salud - Essalud (Rebagliati, Almenara, Sabogal, etc.), Fuerzas Ar

Fuerza Perú, hoy más que nunca

Escribo con una extraña mezcla de tristeza y temor, de cólera e impotencia; escribo a lo que salga y sin pensar demasiado. Espero que entiendan y sepan comprender que hoy no es un día normal, hoy es un día de tragedia, de malas noticias, de corazones y sueños rotos. Sufre el Perú, porque ayer la tierra tembló con furia y encono. Terremoto. Dos minutos de espanto, dos minutos eternos, dos minutos de muerte en Pisco y en Ica, también en Chincha. Horas de incertidumbre, de teléfonos que no funcionan, de familiares que no aparecen; horas de angustia e inquietud, de sentirse feliz por está bien, de tener ganas de llorar por los hermanos que sufren, por los hermanos que lo perdieron todo. El terremoto se sintió en gran parte del país. En Lima, la capital, el remezón fue larguísimo y violento; pero, quizás por milagro, o, tal vez sólo de pura suerte, la ciudad resistió el embate de la naturaleza. Hasta ahora no entiendo muy bien cómo las centenarias y vetustas casas del Centro Histórico, de l

¡Basta ya!

Veo a un hombre que dice que sobrevivió de milagro y a una señora que busca a un familiar entre los fierros retorcidos. Escucho a los reporteros que le preguntan ¿cómo se siente? a un herido con múltiples traumatismo y a una persona que acaba de enterarse que uno de sus seres queridos, encontró a la muerte en una noche de niebla en la Panamericana Sur. Una tragedia más en los caminos del Perú. Una de tantas, una de aquellas que permite elaborar grandes titulares, si el “accidente” es cerca a Lima o en una carretera principal; o apenas encuentra un lugarcito en la sección de noticias nacionales, cuando el ¿accidente? se produce en una sinuosa vía de penetración, sin asfalto, sin corresponsales de prensa. Pero más allá de lo alboroto mediático, de los pedidos de investigación, de la exigencia a las autoridades a tomar medidas correctivas que impidan la aparición de más crucecitas fatídicas en las carreteras, lo más probable es que ocurra lo de siempre, es decir: NADA; porque la prensa ol

Feliz Día Perú

Sin bandera ni escarapelas. Sin desfiles ni discursos. Sin cantar el himno ni brindar con pisco; hoy, en Explorando , festejamos al Perú -con un día de adelanto por si acaso- de una manera distinta, mostrando los rostros de su gente, nuestros hermanos, nuestros compatriotas que hacen patria al ladito del Pacífico, en las faldas de los Andes, en las islas del Titicaca, en las riberas de los grandes ríos Amazónicos. Los rostros del Perú, rostros de peruanos retratados en mis andanzas por las caminos de mi tierra, nuestra tierra; aquella que no deja de sorprendernos por su belleza y su diversidad cultural, aquella que no deja de dolernos por sus desigualdades e injusticias. El país es así. Hermoso y doliente. Depende de nosotros conseguir un cambio que nos permita integrarnos y consolidar nuestros objetivos como nación. Hay esperanzas. No todo está perdido. Eso lo aprendí en los caminos, eso me lo han enseñado los miles de rostros del Perú.

Reflexiones de escalofrío en una couster limeña (II)

Como no hay primera sin segunda y además una es ninguna, el autor cumple con publicar la parte final de sus larguísimas reflexiones de escalofrío, con la única pretensión de calentar en algo el ambiente limeño. Exijo una explicación Al verme rodeado de tanta gente con frío, me doy cuenta que mi estrategia para enfrentar el invierno no es muy popular, quizás, porque solamente a un bicho raro que ve musas en las cousters , se le puede ocurrir que la mejor receta contra las bajas temperaturas, es la de no pecar por exceso ni por omisión. Sé que se lee complicado y que más de uno exigirá una explicación, al mejor estilo de Condorito. En realidad, el asunto no es tan confuso y se puede sintetizar como un esfuerzo por no caer en los extremos, es decir, no abrigarse con severidad de esquimal ni andar medio culuncho como gringo en el Caribe. La estrategia funciona bastante bien en Lima, pero es un auténtico fiasco en las alturas andinas. Y es que en más de una ocasión he estado a punto de con

Reflexiones de escalofrío en una couster limeña (I)

Donde el autor reconoce que se le fue la mano y redactó más de la cuenta, por obra y gracia de una musa microbusera. Consciente de su exceso y con la intención de no aburrir a sus pacientes lectores, publicará su “inmenso” relato en dos partes. Eso sí, no le pregunten cuál es el tema, porque ni el mismo sabe muy bien que cosa ha escrito. De un tiempo a esta parte, la inspiración se me aparece de súbito en las combis y cousters . Sé que no es el lugar más apropiado para entrar en un trance creativo, pero en estos tiempos en los que todo parece andar de cabeza, no puedo darme el lujo de desdeñar a las musas, por más que estas sean microbuseras. Total, necesito de su ayuda para elaborar un buen texto. Admito que no es fácil concentrarse y escucharlas entre los “habla chino, vas” del cobrador, la estridencia reggetonera o cumbiambera de la radio o el fastidioso “chucuchuchún” o algo parecido, que se escapa de los audífonos del pasajero de a lado, convertido en una especie de zombi gracias