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Mostrando las entradas de abril, 2007

Rumbo al Cañón

Me voy sin pena ni gloria, pero me voy. Nadie llorará mi partida, tampoco mi retorno, muchos ni notarán mi asuencia, pero, igual, no estaré en mis calles, en mi barrio, en mi ciudad. Estaré por otros lares, más puros, más abiertos, con menos tensiones. Me voy para volver, total, siempre vuelvo. Eso es parte del viajar, como es parte de viajar el despedirse o el recibir la bienvenida o el acomodarse la mochila en la espalda o el dejarla tirada en un rincón del cuarto hasta la próxima salida, hasta la siguiente aventura. Me voy sin que me boten y volveré sin que me llaman y sin llamar a nadie para anunciar mi retorno. A lo mucho escribiré una entrada en mi blog o redactaré unas cuantas líneas en un correo, para alguien especial o para alguien que podría ser especial o, tal vez -sí, eso es lo más seguro- para alguien que nunca aceptará que la considere especial. Me voy y escribo para dejar constancia que me marcho al sur, a Arequipa, al cañón más profundo del mundo. El viaje será largo p

Anécdotas del camino

Un "saludable" despertar Diré que fue un “saludable despertar”, aunque posiblemente la frase no sea la más adecuada y hasta podría generar confusión, incluso en los lectores frecuentes de esta bitácora, acostumbrados –¡eso espero!- a los enredos verbales y a las situaciones descabelladas que, de cuando en vez, aparecen en nuestros post viajeros. Precisamente, para evitar complicaciones, aclaro de antemano que lo de saludable no implica que la mañana en mención me haya levantado vigoroso, agilito, con ganas de correr un puñado de kilómetros –digamos que 30 para calentar la mañana- y luego despacharme con unas 100 planchitas y otros tantos abdominales. Muy por el contrario, la frase no guarda ninguna relación con el proverbio griego de mente sana en cuerpo sano o con la manida frase de deporte es salud, salvo que alguien considere a la casi siempre incomprendida actividad de “empinar el codo”, como una respetada disciplina atlética, competitiva, casi olímpica. Y es por ese dist

No soy Charles Atlas, pero...

Indignada respuesta del autor, frente a las voces que ponen en tela de jucio su versión del incidente en Huaraz. Sé que no soy un Charles Atlas ni nada que se le parezca. Nunca me he inscrito en un gimnasio ni soy de los afanosos que hacen abdominales, planchas o salen a correr ni bien abren los ojos. Sí, r econozco mi total desinterés por la cultura física, mi renuencia militante a alzar una mancuerna o a pasarme horas pedaleando en una bicicleta que no va a ninguna parte. Todo eso lo admito con hidalguía y sin ningún atisbo de vergüenza (no, no estoy ocultando la barriga al escribir este párrafo) , pero, lo que no acepto de ninguna manera, es la incredulidad manifiesta de varios entrañables y extrañables lectores de Explorando Perú que, frente a frente y cara a cara, se atrevieron a poner en tela de juicio mi aguerrida y pujante participación en el hecho narrado en el último " clic de la semana ". En el colmo del desparpajo, dichos lectores llegaron a exponer en mi cara pel

Clic de la Semana

La unión hace la fuerza , reza un viejo refrán que los pasajeros de este ómnibus atrapado por un charco de barro con pretensiones de arena movediza, se esforzaron por convertir en realidad. A pesar del frío de congeladora, la lluvia indecisa que se daba maña para infiltrarse hasta en los impermeables y la latente amenaza del soroche, los pundonorosos y abnegados viajeros se esforzaban al máximo, incluyendo al autor de esta bitácora que, luego de cumplir con su deber de periodista andariego, participó afanosamente en las labores de rescate. Y si bien la unión y la fuerza no sirvieron de mucho (la máquina resultó ser más terca que una mula), los "fortachones" que aparecen en este clic hicieron su máximo esfuerzo, para continuar su travesía hacia el bosque de piedra de Hatun Machay, en la comunidad campesina de Catac (provincia de Recuay, Ancash). Después de varios intentos frustrados, tuvimos que aceptar hidalgamente nuestra derrota frente al barro movedizo; entonces, resignad