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Mostrando las entradas de abril, 2011

Clic de la semana

No alardeaban quienes habiendo hecho la 69, describían su experiencia como fantástica y proclamaban entre sonrientes y exhaustos, su intención de repetirla, una, dos, muchas veces... todas las veces que pudieran. De tanto escucharlos y para no morirme de la envidia o algo parecido, me despojé de todos mis temores y decidí hacer de una buena vez la famosa 69.  Era justo y necesario. Uno ya no es un jovencito y si seguía dudando, fácil que cuando me decidiera a hacerla, ya no tendría el físico necesario o suficiente. Y es que se necesita estar en forma o medianamente en forma, para llegar al ansiado objetivo sin estar dando pena o lástima o, lo que es peor, sin disfrutar absolutamente nada de la fantástica experiencia.    Y aunque últimamente mi forma es... digamos media redonda, igual la hice y la disfrute y me sentí agotado, pero la intensidad de la 69 me cargaría de energías, tantas, que hoy me atrevo a decir y anunciar que volveré a hacerla, porque no hay primera

Un confuso adiós

Adiós. Me voy. Ya vuelvo. Hasta la vista. No me extrañen o mejor sí, extrañenme. Ya, ya, no pido mucho, que al menos alguien lo haga o, mejor, que solo ellas me extrañen; no, no, que digo, ella, el plural me hace quedar mal, como viajero conquistador que anda de pueblo en pueblo con inquietud y vocación de picaflor. Sí, que me extrañe ella… pero quién es ella o cuál ella o será que, tal vez, no hay ninguna ella. Qué fastidio. Qué horror. Nadie notará mi ausencia ni esperará mi pronto retorno. Bah, qué importa. Igual me voy y vuelvo, sin decirles adiós ni hasta la vista a las ellas que conozco. Mejor me reservo la despedida para ustedes, aguerridas lectoras y lectores de Explorando, que siempre están allí o supongo que están allí, siguiendo mis pasos andariegos, renegando porque a veces redacto medio o completamente enredado, o, lo que es peor, solo posteo a la muerte de un obispo como se dice. Y no es que tenga algo contra los obispos, pero así se están dando o presentando las cosas

Trabalenguas de votos

Y otra vez la misma cantaleta. Que votar es tu derecho, que votar es tu deber, que hay que votar sin miedo. Que no debes votar en blanco, que no debes viciar tu voto, que te cae la multa si no votas. Y te hablan sobre el voto de conciencia, sobre el voto democrático, sobre el voto por el Perú que ya nadie lo para; también sobre el voto perdido, sobre el voto estratégico, sobre el temible voto anti sistema. Y esos que se la pasan hablando sobre los votos de otros, se complican tanto con esto de los votos que al final malpiensan su propio voto. Y no faltan quienes te preguntan por quién vas a votar, quienes te discuten por qué vas a votar por ese, justo por ese, y quienes te aconsejan o te exigen que lo mejor es cambiar tu voto. Y es que si votas así: “electarado”. Y es que si votas asá: resentido. Y es que si no votas así ni asá: capitalista o pituco; chavista o retrógrada. También te alertan sobre que hay que cuidar el voto, que se pueden robar los votos, que los personeros anulan