Foto referencial: Rolly Valdivia Chávez Donde el autor en vez de describir solo sus peripecias en la ruta Olleros-Chavín de Huántar (Áncash), prefiere recordar sus malas relaciones con los perros finos y chuscos, grandes y chicos, vagabundos o con dueños. Todos lo persiguen desde su época escolar. Por: Rolly Valdivia Chávez Siempre en el mismo lugar, e n e sa curvi ta apenas transitada que moría en una avenida de ida y vuelta . Allí aparecía de tarde en tarde, de improviso y a tra ición, ladrando, mordiendo el aire , mostrando sus dientes enormes , filosos, amenazan tes , a ese escolar atribulado que arrojaba sus c uadernos y libros para echarse a correr. C orr ía para e s capar, corría para s alvarse Cuántas vece s se libró de las dentelladas de ese perro bravo que se escondía y camuflaba con perfección camaleónica , para asomar implacable justo en el momento en el que su víctima predilecta –o, tal vez, su única víctim