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Mostrando las entradas con la etiqueta Periodismo de viajes

Sembrando vida, sembrando futuro

El texto que usted leerá a continuación fue escrito a manera de prueba para un proyecto de libro de crónicas de viaje enfocado a los niños. Lo redacté a inicios de año, luego de participar en el Queuña Raymi, una fiesta de reforestación que, desde hace 20 años, se realiza en las alturas de Ollataytambo (Urubamba, Cusco), gracias a la iniciativa conservacionista de la Asociación de Ecosistemas Andinos (Ecoan). Por diversos motivos, la idea es un pendiente y, mientras se concreta (espero que así sea) me animo compartir este relato. Solo les pido un favor, si tienen hijos invítenlos a leerlo o, en todo caso, leánselos, para saber si esta prueba iba por el buen camino. I Es una niña, una niña que baila y sonríe en una mañana de domingo. Ella no está sola. Ella es parte de un grupo de danzantes que imitan a las huallatas , un ave andina que vive en los bofedales . Por eso mueven los brazos como si estuvieran planeando y dan saltitos como si quisieran volar, mientras suena el tambor, la f...

Oxamarca: una historia entre la niebla

Explorando sale del letargo o de su agonía -usted escoja el término que más le guste- con esta crónica en la que el autor relata su visita a Chocta, un complejo arqueológico del distrito de Oxamarca (Celendín, Cajamarca) que está cubierto por las brumas del olvido y la indiferencia. Estamos de vuelta, una vez más. Pasará . Es difícil saber si lo dicen por convicción o si se trata tan solo de un amistoso engaño, de esos que suelen acompañarse con una sonrisa condescendiente y un par de palmaditas en el hombro, aunque en este momento de niebla y frío, de lluvia indecisa y sol opaco, nadie se acerca con ansias de brindar consuelo; entonces, surge la duda: y si ellos realmente lo creen. Esperar . Es lo único que queda. Tal vez, como afirman los que nacieron aquí, el mal momento pasará, más temprano que tarde pasará, entonces, todo será igual que en las jornadas anteriores -despejadas, brillantes, luminosas-, ideales para descubrir, tras las espinosas marañas del verdor, los mur...

La escuelita de Explorando Perú

Donde el autor, en un arranque de lucidez, se anima a grabar un vídeo para reflexionar sobre El arte de escribir zonceras , un campo en el que, según parece, tiene una amplísima experiencia. ¿Aprendiendo? en la escuelita de Explorando. Foto referencial: Pampa Caño (Loreto) Un comentario recibido en mis redes sociales, motivó el vídeo que comparto con ustedes, con el único propósito de invitarlos a escribir las historias cotidianas de las que son partícipes o testigos. Ignoradas por ser 'cosa de todos los días' esas vivencias son, en realidad, una valiosa materia prima los cronistas. Sucede lo mismo con los recuerdos y añoranzas. La clave en estos casos, es conseguir que nuestras palabras conviertan lo cotidiano en algo extraordinario. Ese es el reto y el desafío que los redactores debemos enfrentar con osadía y atrevimiento para publicar textos seductores (o al menos intentarlo).

Los disfraces del viajero

Con o sin Halloween, el Perú es una tierra de disfraces. Foto refencial: San Antonio de Tuna, Lima. Al ver a tantos niños disfrazados en las calles de su ciudad, el autor desempolva sus recuerdos para escribir sobre su experiencia como rabanito y ranger, en un tiempo en el que el Halloween era una fiesta distante y ajena. Solo dos veces me he disfrazado en mi vida, aunque -siendo estricto- la primera fue más bien una caracterización de rabanito para una brevísima obra de teatro en el jardín Perú .  El disfraz lo hizo mi madre con esa magia que lograba convertir cualquier material en una obra de arte , cualidad que me salvaría de varios rojos en mi época de colegial. Y es que los profesores exigían, de un día para el otro, la confección de manualidades que pondrían en apuros a las ya desaparecid as Utilísimas. Pero mi madre era una capa. Lástima nomás que no heredé ni una pizca de su habilidad en esos menesteres. Todo lo contrario, soy un completo fracaso cortando, pegand...