Advertencia : los hechos relatados en esta historia son reales y ocurrieron en un pueblo de la sierra peruana hace varios años. El autor -vaya uno a saber porqué- ha preferido mantener en reserva el nombre de la localidad y de todos los personajes involucrados, incluyendo al astado que es uno de los protagonistas principales de esta historia. Y salió corriendo. Sí, rapidito se fue, como alma que lleva el diablo se fue. En dos papazos trepó el muro y salto. Agilito era o sería el susto el que lo puso así porque detrás de él andaba medio pueblo. La gente echaba chispas. Quería agarrarlo y no para pasearlo en hombros. Ellos se morían de ganas por meterle una paliza de padre y señor mío. La cosa se había puesto fea, como nunca antes en la fiesta. Bueno, también era la primera vez que venía un matador de la mismísima España. Eso le daba un gustito especial a la corrida y estábamos bien contentos. Sacando pecho y sonriendo de oreja a oreja esperábamos la llegada de los cargontes, las auto...