El domingo volví de Tarma. Esta noche parto a Jauja. Volveré el sábado para sufragar al día siguiente. No sé por quién votar. Eso no es novedad. Me ha pasado varias veces, como varias veces, también, no tengo muy en claro cuál será finalmente mi destino cuando viajo.
Y es que siempre se escuchan voces que recomiendan nuevos lugares, entonces, uno se siente tentado y se desvía. Enrumba hacia allá, con la esperanza de encontrar algo que lo sorprenda. En ocasiones ocurre. En otras, aquel complejo arqueológico o laguna que fue descrita como imponente, no es más que una pared de adobe derruida o un charco de aguas infectas.
Son gajes. Cosas que pasan en las rutas y, por qué no, de vez en cuando, en las colas para votar. Donde no escasean los entusiastas, los “piquitos de oro” que quieren convencerte con sus dotes de orador de pacotilla, sobre las virtudes de su candidato: siempre honesto, siempre trabajador, siempre creyente.
A esos no les he hecho caso nunca. Tampoco lo haré este domingo, cuando me acerque al colegio de todas mis elecciones, para evitar la multa… no, perdón, digo para cumplir con mi deber cívico.
Como de costumbre, iré caminando a mi lugar de votación. Eso sí, no con la misma tenacidad con la que a partir de mañana, intentaré darle la vuelta al apu Pariacaca, un dios montaña en las serranías de Lima y Junín. Una aventura que no estaba planificada. Una ruta que desde hace mucho quería conocer.
Y lo haré al fin. No será fácil. Nunca lo es para mí. Soy un viajero de escasas condiciones físicas que tiene en sus ganas de conocer y explorar su mayor o acaso única fortaleza.
Salgo esta noche al Pariacaca. No voy solo. Iré con Felipe Varela, el Chasqui, que me convenció de esta travesía el pasado fin de semana en Tarma, donde coincidimos para ser expositores de un evento académico organizado por los alumnos de la universidad del Centro del País.
Ya tengo las cosas listas. Dentro de unas horas abandonaré Lima para volver el sábado y votar el domingo. Quizás el apu me aconseje sobre cuál es la mejor alternativa, bueno, si es que existe alguna. Tampoco quiero ponerlo en aprietos.
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