Brindis de Nostalgia El 1ro de noviembre los cementerios del Perú se llenan de vida, porque miles de familias visitan y recuerdan a sus deudos. Flores y rezos, velas y responsos, pero también música y baile, brindis y comidas en honor al pariente desaparecido, son escenas comunes en los camposantos de todo el país. La añoranza por el ser querido se convierte en un motivo de reencuentro y reunión, entonces, las penas se aminoran y por unas horas -quizás mágicas, tal vez inexplicables- el dolor se atenúa, las cicatrices del alma desaparecen y las penas se convierten en un vendaval de recuerdos alegres, en un torbellino de añoranzas festivas. Un camino tortuoso y serpenteante. Un caos de cruces y lápidas anónimas. Agitación, desorden, pregones y letanías. Gente que llora, gente que ríe, gente que intenta recordar...ay, pero los recuerdos son como las flores, se marchitan con el tiempo. Y nunca el arpa derramó notas más tristes. Y nunca la cerveza fue más amarga. Penas, congoja y dolo...