Al Pan, Pan y al Vino, Vino
Breve reflexión sobre un supuesto potaje “emblemático”
Con sorpresa acabo de enterarme que el quinotto de pato, es uno de los platos emblemáticos de la gastronomía peruana.
Luego de leer tan “reveladora” información, he empezado a preguntarme si realmente todos estos años he vivido en las antiguas tierras de los Incas, porque, en honor a la verdad, al “emblemático quinotto” no lo he oído mentar ni en pelea de perros, como decían antaño.
Y no es que uno sea un consumado sibarita, pero soy peruano –aunque los gastrónomos y sus quinottos quieran ponerlo en duda- y no recuerdo haber comido en la costa, sierra o selva, en carretilla, mercado, fiesta popular o restaurante, potaje de nombre tan extraño.
No pongo en tela de juicio las virtudes y bondades del platillo. Sí, debe ser riquísimo, pero lo que no me convence es que, de buenas a primeras, se le coloque la etiqueta de emblemático. Ese un despropósito, un auténtico sancochado, un exceso de entusiasmo de un voraz redactor.
Después de leer dicha información, consignada en una nota de prensa envida por la Comisión de Promoción del Perú (PromPerú), traté de investigar que era el famoso quinotto; entonces, descubrí que el quinotto es similar al risotto pero de quinua y como no soy italiano tuve que buscar también que era el risotto.
Felizmente que al pato si lo conozco bien, sino la búsqueda por descifrar qué era el bendito plato, hubiera continuado por muchísimo tiempo más, amenazando la existencia de este post.
Al finalizar la pesquisa, llegué a la conclusión de que el refinado platillo es una especie de arroz con pato a la italiana, pero no con arroz de verdad sino con quinua disfrazada de arroz.
Lo bueno del asunto es que el pato si es pato, sino fuera así se armarían las de "san quintín" y la receta, más que una receta, sería un trabalenguas. Más enredado que solitaria en estómago de pigmeo.
Bueno, como decía al principio, todo esto comenzó con una nota de prensa sobre las Clases Magistrales de Gastronomía Peruana que el chef Cucho La Rosa, dictó del 17 al 19 de octubre a los alumnos de las más importantes escuelas de cocina de París. La iniciativa fue impulsada por PromPerú y nuestra representación diplomática en Francia.
Más allá del incidente quinnotto y su exagerada clasificación como plato emblemático, nos parece excelente que se difundan los sabores y aromas de nuestra tierra. Ojalá, nomás, que los muchachones franceses no se hayan comido el cuento ese del “platillo emblemático”. Podría darles una tremenda indigestión si alguna vez visitan el país o si encuentran con un peruano de pura cepa, devoto del cevichito, la pachamanca, el lomito saltado, entre otras delicias.
Imagínese la escena, el francés ufanándose de sus conocimientos de comida peruana y el compatriota con cara de dolor de estómago, respondiéndole o pensando “que se ha fumado este franchute”, porque más allá de los entusiastas de la llamada cocina novoandina, la mayoría de los paladares de nuestra tierra, no ha probado los refinamientos de esta tendencia culinaria.
No estamos en desacuerdo con la creatividad de los chef peruanos. Al contrario, es muy loable sus esfuerzos por “reinventar” o “estilizar” la carta gastronómica; pero al “pan pan y al vino vino” y en estos tiempos, los quinnottos –por más exquisitos que puedan ser- no deberían ser presentados como un potaje emblemático. Así de simple.
*Foto: PromPerú.
Breve reflexión sobre un supuesto potaje “emblemático”
Con sorpresa acabo de enterarme que el quinotto de pato, es uno de los platos emblemáticos de la gastronomía peruana.
Luego de leer tan “reveladora” información, he empezado a preguntarme si realmente todos estos años he vivido en las antiguas tierras de los Incas, porque, en honor a la verdad, al “emblemático quinotto” no lo he oído mentar ni en pelea de perros, como decían antaño.
Y no es que uno sea un consumado sibarita, pero soy peruano –aunque los gastrónomos y sus quinottos quieran ponerlo en duda- y no recuerdo haber comido en la costa, sierra o selva, en carretilla, mercado, fiesta popular o restaurante, potaje de nombre tan extraño.
No pongo en tela de juicio las virtudes y bondades del platillo. Sí, debe ser riquísimo, pero lo que no me convence es que, de buenas a primeras, se le coloque la etiqueta de emblemático. Ese un despropósito, un auténtico sancochado, un exceso de entusiasmo de un voraz redactor.
Después de leer dicha información, consignada en una nota de prensa envida por la Comisión de Promoción del Perú (PromPerú), traté de investigar que era el famoso quinotto; entonces, descubrí que el quinotto es similar al risotto pero de quinua y como no soy italiano tuve que buscar también que era el risotto.
Felizmente que al pato si lo conozco bien, sino la búsqueda por descifrar qué era el bendito plato, hubiera continuado por muchísimo tiempo más, amenazando la existencia de este post.
Al finalizar la pesquisa, llegué a la conclusión de que el refinado platillo es una especie de arroz con pato a la italiana, pero no con arroz de verdad sino con quinua disfrazada de arroz.
Lo bueno del asunto es que el pato si es pato, sino fuera así se armarían las de "san quintín" y la receta, más que una receta, sería un trabalenguas. Más enredado que solitaria en estómago de pigmeo.
Bueno, como decía al principio, todo esto comenzó con una nota de prensa sobre las Clases Magistrales de Gastronomía Peruana que el chef Cucho La Rosa, dictó del 17 al 19 de octubre a los alumnos de las más importantes escuelas de cocina de París. La iniciativa fue impulsada por PromPerú y nuestra representación diplomática en Francia.
Más allá del incidente quinnotto y su exagerada clasificación como plato emblemático, nos parece excelente que se difundan los sabores y aromas de nuestra tierra. Ojalá, nomás, que los muchachones franceses no se hayan comido el cuento ese del “platillo emblemático”. Podría darles una tremenda indigestión si alguna vez visitan el país o si encuentran con un peruano de pura cepa, devoto del cevichito, la pachamanca, el lomito saltado, entre otras delicias.
Imagínese la escena, el francés ufanándose de sus conocimientos de comida peruana y el compatriota con cara de dolor de estómago, respondiéndole o pensando “que se ha fumado este franchute”, porque más allá de los entusiastas de la llamada cocina novoandina, la mayoría de los paladares de nuestra tierra, no ha probado los refinamientos de esta tendencia culinaria.
No estamos en desacuerdo con la creatividad de los chef peruanos. Al contrario, es muy loable sus esfuerzos por “reinventar” o “estilizar” la carta gastronómica; pero al “pan pan y al vino vino” y en estos tiempos, los quinnottos –por más exquisitos que puedan ser- no deberían ser presentados como un potaje emblemático. Así de simple.
*Foto: PromPerú.
Comentarios
Saludos!
Saludos!
Un saludo cordial,
r.v.ch.