El Triunfo del Cáncer
Hoy abandonamos el camino, para publicar un comentario sobre el triunfo electoral de Alan García Pérez, quien el 28 de julio asumirá la presidencia de la República por segunda vez.
Se acabaron las promesas y quimeras, las denuncias y ataques virulentos, también los mítines, las caravanas y los bailes. Y es que todo tiene su final y nada dura para siempre ni siquiera esta maratónica campaña electoral de más de medio año, que terminó con la victoria del cáncer… perdón, disculpen, fue un lapsus brutus; ahora sí lo escribiré bien: con la victoria del candidato del partido aprista, Alan García Pérez.
Eso sí, hago notar que lo del cáncer no es una invención mía. El calificativo tiene su historia y mis compatriotas saben a qué me refiero; sin embargo, como sospecho o quiero creer que varios extranjeros recorren los caminos viajeros de Explorando, explicaré de qué se trata.
Sin palabreo y yendo directo al grano como un loro hambriento, les cuento que para miles –quizás millones de peruanos- la segunda vuelta electoral entre García y el líder nacionalista Ollanta Humala Tasso, fue algo así como una elección entre el cáncer y el sida.
Ambos candidatos generaban desconfianza en amplios sectores de la población. García cargaba sobre sus hombros los desastrosos resultados de su primer gobierno (1985-1990); mientras que Humala, rápidamente se ganó la fama de antidemocrático, por su discurso incendiario, en opinión de los más conservadores, y su “sospechosa” cercanía con el presidente venezolano Hugo Chávez Frías.
En conclusión había que elegir entre un pésimo ex presidente y un candidato con aparente perfil dictatorial; entonces, muchos llegaron a la conclusión de que un malo conocido pero con credenciales democráticas, era mejor que un postulante de rasgos autoritarios (Humala es un ex comandante del ejército) y sin mayor pasado político.
Cáncer (García) o sida (Humala), bajo esa perspectiva fuimos a las urnas, para cumplir con el ritual democrático... o ¿era una consulta médica?.
Al final, el ganador indiscutible fue el cáncer; mal que bien tiene cura cuando se le detecta a tiempo. Eso sí, hay que estar con los ojos bien abiertos y vigilar al milímetro el accionar de García; porque –como dice el dicho- gallina que come huevo aunque le quemen el pico y más allá de su supuesto arrepentimiento, las sombras de su primer gobierno todavía persiguen al candidato elegido.
Si nos descuidamos… frito pescadito; de nada servirá la extirpación del mal ni el doloroso tratamiento de quimioterapia. Ahora más que nunca, debemos estar vigilantes para que la corrupción, los malos manejos públicos y la ineptitud de las autoridades, no agraven el estado del Perú, un país siempre convaleciente, una nación que nunca termina de curarse de sus males seculares.
García será presidente por segunda vez. Los pesimistas natos dicen que los peruanos nunca aprenden y carecen de memoria; los apristas de toda la vida, creen, confían, aseguran que esta vez todo será distinto y, quienes gustan del humor negro, piden mantener la calma, porque Alan –por más que se esfuerce- no podría igualar, menos superar, los desastrosos resultados de su primer gobierno (1985-1990).
Durante cinco años, el Perú será gobernado por el cáncer. El sida, por ahora, pretende ordenarse, consolidar su propuesta y seguir en la palestra política, para volver a intentarlo en el 2011.
Ojalá que para ese momento se haya inventado una vacuna efectiva contra esta temible enfermedad o será qué antes nos matará el cáncer…; bueno, digo, es sólo un comentario. Mejor termino aquí y planifico mi próximo viaje. (Rolly Valdivia Chávez).
Hoy abandonamos el camino, para publicar un comentario sobre el triunfo electoral de Alan García Pérez, quien el 28 de julio asumirá la presidencia de la República por segunda vez.
Se acabaron las promesas y quimeras, las denuncias y ataques virulentos, también los mítines, las caravanas y los bailes. Y es que todo tiene su final y nada dura para siempre ni siquiera esta maratónica campaña electoral de más de medio año, que terminó con la victoria del cáncer… perdón, disculpen, fue un lapsus brutus; ahora sí lo escribiré bien: con la victoria del candidato del partido aprista, Alan García Pérez.
Eso sí, hago notar que lo del cáncer no es una invención mía. El calificativo tiene su historia y mis compatriotas saben a qué me refiero; sin embargo, como sospecho o quiero creer que varios extranjeros recorren los caminos viajeros de Explorando, explicaré de qué se trata.
Sin palabreo y yendo directo al grano como un loro hambriento, les cuento que para miles –quizás millones de peruanos- la segunda vuelta electoral entre García y el líder nacionalista Ollanta Humala Tasso, fue algo así como una elección entre el cáncer y el sida.
Ambos candidatos generaban desconfianza en amplios sectores de la población. García cargaba sobre sus hombros los desastrosos resultados de su primer gobierno (1985-1990); mientras que Humala, rápidamente se ganó la fama de antidemocrático, por su discurso incendiario, en opinión de los más conservadores, y su “sospechosa” cercanía con el presidente venezolano Hugo Chávez Frías.
En conclusión había que elegir entre un pésimo ex presidente y un candidato con aparente perfil dictatorial; entonces, muchos llegaron a la conclusión de que un malo conocido pero con credenciales democráticas, era mejor que un postulante de rasgos autoritarios (Humala es un ex comandante del ejército) y sin mayor pasado político.
Cáncer (García) o sida (Humala), bajo esa perspectiva fuimos a las urnas, para cumplir con el ritual democrático... o ¿era una consulta médica?.
Al final, el ganador indiscutible fue el cáncer; mal que bien tiene cura cuando se le detecta a tiempo. Eso sí, hay que estar con los ojos bien abiertos y vigilar al milímetro el accionar de García; porque –como dice el dicho- gallina que come huevo aunque le quemen el pico y más allá de su supuesto arrepentimiento, las sombras de su primer gobierno todavía persiguen al candidato elegido.
Si nos descuidamos… frito pescadito; de nada servirá la extirpación del mal ni el doloroso tratamiento de quimioterapia. Ahora más que nunca, debemos estar vigilantes para que la corrupción, los malos manejos públicos y la ineptitud de las autoridades, no agraven el estado del Perú, un país siempre convaleciente, una nación que nunca termina de curarse de sus males seculares.
García será presidente por segunda vez. Los pesimistas natos dicen que los peruanos nunca aprenden y carecen de memoria; los apristas de toda la vida, creen, confían, aseguran que esta vez todo será distinto y, quienes gustan del humor negro, piden mantener la calma, porque Alan –por más que se esfuerce- no podría igualar, menos superar, los desastrosos resultados de su primer gobierno (1985-1990).
Durante cinco años, el Perú será gobernado por el cáncer. El sida, por ahora, pretende ordenarse, consolidar su propuesta y seguir en la palestra política, para volver a intentarlo en el 2011.
Ojalá que para ese momento se haya inventado una vacuna efectiva contra esta temible enfermedad o será qué antes nos matará el cáncer…; bueno, digo, es sólo un comentario. Mejor termino aquí y planifico mi próximo viaje. (Rolly Valdivia Chávez).
Comentarios
Muchas gracias por el comentario.
Sigo tus viajes con más o menos detalle, esperando algún día poder recorrer yo mismo tu linda tierra y tiene mucho valor conocer tu opinión de las recientes elecciones.
Nuevamente gracias.
Sí, me salí un rato del camino para escribir una pizca de política, total, como periodista viajero, siento el palpitar y las angustias de las distintas regiones del país.
Espero que pronto te animes a visitar el país. Estoy seguro que te llevarás una grata impresión y montones de recuerdos inolvidables.
Saludos,
Natalia.
Agradezco los comentarios. Veo que la campaña electoral y los resultados siguen dando polémica.
Saludos
Natalia.