Estoy en Valdivia, al sur de Chile, y dentro de algunas horas partiré hacia Puerto Montt. Confieso que estoy algo triste, porque acabo de enterarme de la muerte de Valentín Paniagua, quien presidiera un gobierno de transición, tras la "valerosa" renuncia vía fax, de Alberto Fujimori, hoy en proceso de extradición.
No tengo mucho tiempo para escribir. Sólo quería expresar que Paniagua fue un polítido distinto, ajeno al escándalo y al autobombo. Silencioso y discreto, pero dispuesto a "poner el pecho" cuando la situación lo ameritaba, pasará a la historia como un hombre probo, calificativo que pocos dirigentes del país, podrán colocar en su epitafio.
Hoy es un día triste. Sólo espero que muchos de los políticos que hoy exaltarán las virtudes de Paniagua, escuchen y mediten sus palabras, para que ellos corrijan sus rumbos y comprendan que el país sólo saldrá adelante con gente honesta, como el ex presidente y tantos millones de peruanos, que diariamente tratan de labrarse un futuro mejor: sin mentiras, sin violencia, sin escándalos, sin corrupción.
No tengo mucho tiempo para escribir. Sólo quería expresar que Paniagua fue un polítido distinto, ajeno al escándalo y al autobombo. Silencioso y discreto, pero dispuesto a "poner el pecho" cuando la situación lo ameritaba, pasará a la historia como un hombre probo, calificativo que pocos dirigentes del país, podrán colocar en su epitafio.
Hoy es un día triste. Sólo espero que muchos de los políticos que hoy exaltarán las virtudes de Paniagua, escuchen y mediten sus palabras, para que ellos corrijan sus rumbos y comprendan que el país sólo saldrá adelante con gente honesta, como el ex presidente y tantos millones de peruanos, que diariamente tratan de labrarse un futuro mejor: sin mentiras, sin violencia, sin escándalos, sin corrupción.
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