Ya pues, vamos, escribe. No seas flojo, no te abandones ni te entregues al relajo. O acaso piensas que aún estás en Lunahuaná, disfrutando del sol, de la bienvenida con pisco sour en una casa habitada por la historia, de la conversación con viejos socios de camino o de las palabras de estreno con flamantes conocidos.
Tampoco estás sentado en la orilla ribereña o en el camping San Jerónimo, teniendo como única preocupación los ataques siempre traicioneros de los mosquitos.
Ojo, mira bien, estás en esa silla incómoda y algo desvencijada de tu dizque oficina, así que déjate de remembranzas, de creer que sigues allí, cuando estás acá y debes escribir, redactar, contar tu historia.
Es inútil, eres terco, sigues pensando que es fin de semana y que estás en Lunahuaná, en el festival realizado el fin de semana pasado con la organización de la Asociación Latinoamericana de Deportes de Aventura (Aldea) o en la fiesta sabatina al aire libre, esa que reúne a inga y a mandinga y en la que brindaste alguito y no bailaste nada, ni una pieza. Te salvaste.
Vuelan las horas, sigues con flojera y no pasa nada. Eres un caso perdido. Se te hace imposible escribir de Lunahuaná, porque sigues creyendo que estás en Lunahuaná, y, cuando estás en Lunahuaná –perdón por el trabalenguas-, jamás redactas.
Haces otras cosas, muchas cosas sobre las cuales escribirás cuando te des cuenta que has vuelto a Lima y que estás frente a tu computador, no frente al río Cañete.
*Vea más fotos del festival, haciendo clic aquí.
Tampoco estás sentado en la orilla ribereña o en el camping San Jerónimo, teniendo como única preocupación los ataques siempre traicioneros de los mosquitos.
Ojo, mira bien, estás en esa silla incómoda y algo desvencijada de tu dizque oficina, así que déjate de remembranzas, de creer que sigues allí, cuando estás acá y debes escribir, redactar, contar tu historia.
Es inútil, eres terco, sigues pensando que es fin de semana y que estás en Lunahuaná, en el festival realizado el fin de semana pasado con la organización de la Asociación Latinoamericana de Deportes de Aventura (Aldea) o en la fiesta sabatina al aire libre, esa que reúne a inga y a mandinga y en la que brindaste alguito y no bailaste nada, ni una pieza. Te salvaste.
Vuelan las horas, sigues con flojera y no pasa nada. Eres un caso perdido. Se te hace imposible escribir de Lunahuaná, porque sigues creyendo que estás en Lunahuaná, y, cuando estás en Lunahuaná –perdón por el trabalenguas-, jamás redactas.
Haces otras cosas, muchas cosas sobre las cuales escribirás cuando te des cuenta que has vuelto a Lima y que estás frente a tu computador, no frente al río Cañete.
*Vea más fotos del festival, haciendo clic aquí.
Comentarios
Saludos,
r.v.ch.