Mochila al hombro y cámara al ristre
Explorando vuelve a la ruta
La ciudad, una vez más, ya comienza a fastidiarnos con su bullicioso desorden urbano y sus horas apagadamente grises, tan limeñas, como aquel suspiro que los genios de Soprole*, quisieron patentar en tierras sureñas.
Se acerca la hora del volver al camino. Lo presiento, lo intuyo, lo necesito. De eso me doy cuenta al ver mi mochila vacía, hambrienta de aventuras, contaminada por el polvo citadino.
Sí, ha llegado la hora de viajar de nuevo, cerca o lejos, a la playa o al monte, tal vez a algún nevado o una sierra inhóspita. Salir, darle la espalda al cemento y al asfalto, caminar y conocer. Explorar el Perú con la mochila y la cámara al ristre.
No importan los malos recuerdos. Las ampollas ardientes que truncaron mi andar en la Cordillera del Sira**. Eso es parte del pasado, una página más en el anecdotario de viaje, como el calambre en la catarata de Sipia en Cotahuasi***, como los hincones en la rodilla en el camino inca a Machu Picchu****, como el mareo y casi desmayo en el ascenso de Choquequirao*****, la cuna de oro de los incas.
Los planes comienzan a trazarse. Apuntar en la agenda: 24 y 25 de junio.
Un festival de sandboarding en la laguna de la Huacachina, el Oasis de América que humedece la arena caliente del desierto de Ica. Se prevé la noche bajo las estrellas, el viento arrastrando partículas de arena, los brindis con pisco y vino. El abrazo con los pundonorosos deportistas.
Marcar en el calendario: fin de mes, encuentro con el Pacífico en las playas de Paita y Colán, en Piura, en el caluroso norte del país. Se hace agua la boca al pensar en los chifles, las conchas negras, el cevichito picante y acidito; o sahumerio y chinguirito en la fiesta de San Miguel Arcángel en Aquia, un pueblo entrañable de la región Ancash, donde todos los años se escenifica la captura del inca Atahualpa.
Y en octubre –si Dios, taita Inti y Mamapacha lo permiten- enrumbaremos a Marcona, donde con Job Rosales Pacheco, un entusiasta promotor de su tierra******, Felipe Varela Travesí, el chasqui de la paz, y el biólogo Pablo Merino, recorreremos playas ignotas y la fabulosa Península de San Fernando, una de las zonas más ricas en biodiversidad de la franja costera peruana.
Mochila al hombro y cámara al ristre. Adiós Lima y su cielo gris y su suspiro que quisieron robar. Explorando volverá el camino, claro, si Dios, taita Inti y Mamapacha lo permiten; sí, claro, si las ampollas no nos obligan a volver antes de tiempo. Lo intuyo pronto voy a partir.
*www.laultima.com/noticia.php?id=13801&seccion=Nacional&idcategoria=4
**rollyvaldivia.blogspot.com/2005/08/ltimo-minuto.html
***www.enjoyperu.com/magazine/otros-artic/parapente-cotah/index2.htm
****www.enjoyperu.com/magazine/otros-artic/camino-inca4/index2.htm
*****www.enjoyperu.com/magazine/otros-artic/choquequirao/index2.htm
******www.marconaadventure.com
Comentarios