Al ritmo del Surfing
No es una verdad histórica, advierto. Es sólo una frase ingeniosa para empezar está crónica y como no encuentro otra que me parezca o sea más adecuada o simpática, decido escribir entre irónico y filosófico que el iniciador y fundador de las civilizaciones norteñas, Naylamp, fue el primero en correr olas en el Perú y, quizás, en toda América.
Es bueno aclarar, para evitar posteriores confusiones, que el mencionado personaje no surfeo en una de las sofisticadas tablas que hoy utiliza la supercampeona Sofía Mulanovich, tampoco lo hizo en uno de esos mastodontes hawaianos que, a mediados del siglo pasado, aparecieron la Costa Verde de Lima, rompiéndole el ojo a los curiosos y bañistas de aquel entonces.
Sin tabla pero con un portentoso caballito de totora, él surcó las olas del Pacífico. No es un invento, eso dicen las leyendas, eso se ve en las iconografías preincaicas; lo que nadie dice es que Naylamp escogió un excelente lugar para surfear, porque en la costa norte del Perú hay por lo menos una veintena de memorables points… y esta es una verdad que no acepta discusiones.
Por las razones mencionadas me atrevo a afirmar -medio en broma medio en serio- que las raíces del surf peruano se remontan a las culturas primigenias y que los pescadores de Huanchaco (La Libertad) y Pimentel (Lambayeque) que diariamente se hacen a la mar en los míticos caballitos de totora, son, a su manera y quizás sin saberlo, hábiles tablistas.
Y así como hace miles de años el legendario fundador disfrutó de lo lindo con los embates del Pacífico; hoy, decenas de deportistas, peruanos y extranjeros, hombres y mujeres, niños y adultos, comulgan con el mar y las imponentes olas que revientan en la zona costera, sobre todo en las regiones de La Libertad y Piura.
Las olas sobran en el norte. Las hay de todos los tamaños y para todos los gustos. Y es que esta parte del océano es privilegiada, con playas de trascendencia mundial como Chicama y Pacasmayo (La Libertad), Los Órganos, Máncora, Nonura y Cabo Blanco (Piura).
Sin lugar a dudas, los tablistas que llegan a esta región del Perú se deleitarán con algunas de las mejores izquierdas del planeta. No es un cliché o un alarde, es una verdad incontrastable que se hace enorme en Chicama (kilómetro 614 de la Panamericana Norte), la ola más larga del planeta. Su recorrido es de casi un kilómetro y su altura bordea los 2 metros.
Igual de excitante es Cabo Blanco (kilómetro 1137 de la Panamericana Norte) que presenta fuertes izquierdas de tubos largos y de hasta 3 metros de altura; y su Panic Point (localizado al sur), de olas rápidas -de 1 a 4 metros de altura- que revientan en un fondo de piedras. Un reto reservado para los deportistas extremos.
Pacasmayo (kilómetro 663 de la Panamericana Norte) con su poderosa y larga izquierda; Los Órganos (km. 1153) exigente pero buenísima, y, Nonura (km. 886) que rompe en la arena, son el paraíso de los deportistas expertos; mientras que Máncora (km. 1164), es una auténtica bendición para los principiantes y novatos.
No es una verdad histórica, advierto. Es sólo una frase ingeniosa para empezar está crónica y como no encuentro otra que me parezca o sea más adecuada o simpática, decido escribir entre irónico y filosófico que el iniciador y fundador de las civilizaciones norteñas, Naylamp, fue el primero en correr olas en el Perú y, quizás, en toda América.
Es bueno aclarar, para evitar posteriores confusiones, que el mencionado personaje no surfeo en una de las sofisticadas tablas que hoy utiliza la supercampeona Sofía Mulanovich, tampoco lo hizo en uno de esos mastodontes hawaianos que, a mediados del siglo pasado, aparecieron la Costa Verde de Lima, rompiéndole el ojo a los curiosos y bañistas de aquel entonces.
Sin tabla pero con un portentoso caballito de totora, él surcó las olas del Pacífico. No es un invento, eso dicen las leyendas, eso se ve en las iconografías preincaicas; lo que nadie dice es que Naylamp escogió un excelente lugar para surfear, porque en la costa norte del Perú hay por lo menos una veintena de memorables points… y esta es una verdad que no acepta discusiones.
Por las razones mencionadas me atrevo a afirmar -medio en broma medio en serio- que las raíces del surf peruano se remontan a las culturas primigenias y que los pescadores de Huanchaco (La Libertad) y Pimentel (Lambayeque) que diariamente se hacen a la mar en los míticos caballitos de totora, son, a su manera y quizás sin saberlo, hábiles tablistas.
Y así como hace miles de años el legendario fundador disfrutó de lo lindo con los embates del Pacífico; hoy, decenas de deportistas, peruanos y extranjeros, hombres y mujeres, niños y adultos, comulgan con el mar y las imponentes olas que revientan en la zona costera, sobre todo en las regiones de La Libertad y Piura.
Las olas sobran en el norte. Las hay de todos los tamaños y para todos los gustos. Y es que esta parte del océano es privilegiada, con playas de trascendencia mundial como Chicama y Pacasmayo (La Libertad), Los Órganos, Máncora, Nonura y Cabo Blanco (Piura).
Sin lugar a dudas, los tablistas que llegan a esta región del Perú se deleitarán con algunas de las mejores izquierdas del planeta. No es un cliché o un alarde, es una verdad incontrastable que se hace enorme en Chicama (kilómetro 614 de la Panamericana Norte), la ola más larga del planeta. Su recorrido es de casi un kilómetro y su altura bordea los 2 metros.
Igual de excitante es Cabo Blanco (kilómetro 1137 de la Panamericana Norte) que presenta fuertes izquierdas de tubos largos y de hasta 3 metros de altura; y su Panic Point (localizado al sur), de olas rápidas -de 1 a 4 metros de altura- que revientan en un fondo de piedras. Un reto reservado para los deportistas extremos.
Pacasmayo (kilómetro 663 de la Panamericana Norte) con su poderosa y larga izquierda; Los Órganos (km. 1153) exigente pero buenísima, y, Nonura (km. 886) que rompe en la arena, son el paraíso de los deportistas expertos; mientras que Máncora (km. 1164), es una auténtica bendición para los principiantes y novatos.
Las olas son muchas y el espacio es muy corto. Debo buscar una frase para rematar la nota; tal vez sería buen mencionar de nuevo al mítico fundador… bah, mejor me olvido de todo y disfruto del mar y del calor, también de las olas, aunque no sé cómo correrlas. Quizás el espíritu de Naylamp quiera enseñarme.
Comentarios
ari
Sí, tienes razón, entre tanto mar se "ahogaron" los Lobitos. En todo caso, tu comentario corrige mi omisión.
Saludos cordiales,
saludos
ari
Sólo falta el "hermanón" Belmont para empezar la teletón. Como siempre, gracias por visitar Explorando.
Saludos,
Yo abro la colecta con 50 soles. Cierto es que necesitamos una cuenta y alguien de confianza, pues el cacharrito debe de tener calidad y calidez. Yo no soy de Perú, por lo que no tengo cuenta ahí, pero sí alguno de ustedes pone de su parte, rogamos la cuelguen ´de éste sitio. Saludos y abrazos. Zyhada
Saludos
ari
espero estar pronto corriando en ese norte.
un saludo desde las islas canarias,españa.
Un saludo cordial y aquí estoy para lo que creas conveniente.
r.v.ch.