Ir al contenido principal

Nostalgia viajera

Fiesta en Andamarca:
Entre la tradición y la aventura

Si la memoria no me es ingrata, en agosto de 1996 visité por primera vez el distrito de Carmen Salcedo Andamarca, provincia de Lucanas (Ayacucho).
Hoy, por esas cosas de la casualidad, encontré en un viejo disquete –sospechosamente virulento- el artículo que escribí al retornar a Lima.
El hallazgo me causó sorpresa y una gran satisfacción, tanta, que he decidido postearla, un poco por nostalgia (es una de mis crónicas viajeras) y otro poco para recordar mis impresiones iniciales de Andamarca, comunidad entrañable a la que espero volver este año, si el apu Aijjamarca y el niño Víctor Poderoso lo permiten.

Los indiscretos rayos del sol se posan sobre rostros fatigados y somnolientos...de pronto, una voz anónima y desfalleciente quiebra el silencio del amanecer serrano: ¿cuánto falta? Nadie responde. El ómnibus continúa su marcha desafiante por esa cinta estrecha y polvorienta que es la carretera; enfrenta una curva, otra y otra más, pero el pueblo no aparece, sigue oculto entre los cerros.

Al mediodía, después de veinte horas de camino, se atisba desde las alturas, protegido por el Apu Aijaimarca y rodeado por impresionantes andenes pre-incas, al pueblo de Andamarca (provincia de Lucanas, departamento de Ayacucho). "¡Hemos llegado!", ruge ahora la voz anónima contagiada por la fuerza, el entusiasmo y el espítitu festivo que se respira en las calles.

Y no es para menos, en Andamarca, capital histórica de los Rukanas, agosto es el mes de la fiesta de la Yarcca Ccallay o Aspi (limpieza de la acequia). Todo el pueblo baila, canta y bebe por la llegada del agua, que les permitirá cultivar los campos y renovar el verdor en los antiguos andenes.

Fiesta de altura
El 24 y 25 el pueblo se convierte en un hormiguero multicolor y nadie escapa del jolgorio. La ceremonia principal es la bendición del agua en una laguna a las afueras del pueblo. Cientos de personas comen el "chuku" (doce platillos de la región) y esperan que el cura, que aparece por el pueblo sólo un par de veces al año, bendiga el agua que llega al estanque desde la rinconada del Puza.

Durante la bendición, hasta los irreverentes "negritos" parecen descansar, al igual que los "llamichus", que representan a un rebaño de llamas y su pastor; a su lado, los "cargontes", exhiben orgullosos los billetes que tienen colgados en el pecho, dinero que sin duda, les ha servido para "armar" la fiesta.

Cuando el cura termina la bendición, se eligen a los nuevos "cargontes", quienes se encargarán de organizar la fiesta al año siguiente. Si no lo hacen, la comunidad los castiga quitándole el agua para el riego.

En la tarde la fiesta se traslada a la plaza del Pueblo. Los danzak's son ahora la atracción. "Alacrán", "Chino", y "Gazpacho" (flaco, delgado), los tres contendores, desafían al dolor y a la muerte en cada una de sus pruebas.
"Alacrán" introduce dos cuchillos en sus fosas nasales, "Chino" responde tragándose dos sapos vivos, y "Gazpacho", para no ser menos, camina entre lenguas de fuego.

Las barras de los danzak's vibran con cada demostración y el resto del público aplaude sin salir de su asombro. Un airecillo de muerte se respira en Andamarca.

Las pruebas de valor terminan. Los danzak's sangran pero no muestran dolor. El pueblo los levanta en hombros y los pasea por la plaza. Al día siguiente, como manda la tradición, estos hombres que se burlan del sufrimiento, caminarán por una cuerda amarrada a la torre de la iglesia.

Visitas Indispensables:

*Andenería Pre-Inca: única en el país. Sigue siendo utilizada para la agricultura y ganadería.

*Puzapaccha: catarata con una caída en tres niveles. Su altura aproximada es de 200 metros.

*Yarpo Ccoccha: laguna rodeada de fauna y flora, en la que se encuentran aves silvestres.

*Caniche: ruinas de una antigua penitenciaría. Caniche significa morder, es decir, con dos piedras se trituraban a los enemigos y prisioneros.

*También se deben visitar la piedra tallada de Campanero, el Incapa Huasin o Campamento del Inca, donde existen tres pocitas con líquidos con sabor a vino, chicha de jora y aguardiente; el acueducto de Puquioccta, que abastece de agua a la ciudad; y los tres cráteres de Pachapamancan, originados por la caída de meteoritos.

Comentarios

Anónimo dijo…
Hola Rolly, un poco a la manera tuya, me encuentro viajando por una comarca de la provincia de Granada, en el sur de España (La Älpujarra). Me ha llevado un bus por una carretera serpenteante que me pone en situación al viaje a la nostalgía que hoy ofreces en éste tú interesante blog. No sé cada vez que te leo en alguna de las aventuras que nos ofreces, me pones a cabilar sobre ¿cual debería ser el destino de mi próxima visita a ese Perú de mis entretelas? ¿Dónde ir?. No sigas pues amigo mio exprimiendo los deseos inconfesables de aventuras que me transmites con tus reseñas.
Un abrazo. Zyhada
Hola Zyhada,
Lamento comunicarte que seguiré "exprimiendo tus inconfesables deseos de aventura"; tienes que verlo por el lado positivo, tus opciones viajeras en el Perú se incrementan con Explorando.
Gracias por el mensaje,
Anónimo dijo…
hola que lindo es andamarca

Entradas más populares de este blog

Fiesta en Andamarca

Yaku Raimi Cuando las aguas están de Fiesta Texto: Rolly Valdiva Chávez Del polvo del archivo rescatamos una crónica sobre la fiesta del agua en Andamarca, que publicamos originalmente en septiembre de 1999 en La Última Página del diario oficial El Peruano. El texto rescata las costumbres de una celebración que se mantiene vigente en esta pequeña comunidad ayacuchana, conocida como la "capital de los Rucanas" (un aguerrido pueblo preincaico) y la "ciudad de los andenes", por la proliferación de terrezas cultivables esculpidas en los cerros por los ingenieros andinos. Al publicar esta nota, Explorando Perú quiere brindar un homenaje a los esforzados comuneros andamarquinos, quienes hasta en las épocas de mayor violencia política, siguieron respetando sus viejas costumbres, perpetuando una tradición de siglos. Fiesta de comuneros. Revolotear de trenzas y polle­ras. Oleadas de chicha de jora y calentito. Zapateo interminable. Pueblo con­quistado por un batallón de mági

Oxamarca: una historia entre la niebla

Explorando sale del letargo o de su agonía -usted escoja el término que más le guste- con esta crónica en la que el autor relata su visita a Chocta, un complejo arqueológico del distrito de Oxamarca (Celendín, Cajamarca) que está cubierto por las brumas del olvido y la indiferencia. Estamos de vuelta, una vez más. Pasará . Es difícil saber si lo dicen por convicción o si se trata tan solo de un amistoso engaño, de esos que suelen acompañarse con una sonrisa condescendiente y un par de palmaditas en el hombro, aunque en este momento de niebla y frío, de lluvia indecisa y sol opaco, nadie se acerca con ansias de brindar consuelo; entonces, surge la duda: y si ellos realmente lo creen. Esperar . Es lo único que queda. Tal vez, como afirman los que nacieron aquí, el mal momento pasará, más temprano que tarde pasará, entonces, todo será igual que en las jornadas anteriores -despejadas, brillantes, luminosas-, ideales para descubrir, tras las espinosas marañas del verdor, los mur

Los Toreros de Aquia

Los primeros días de octubre, el pueblo de Aquia (provincia de Bolognesi, Ancash) celebra la fiesta de su patrón San Miguel Arcángel. Procesiones, corridas de toros y hasta la captura del Inca Atahualpa, son algunas de las costumbres y estampas folclóricas que año a año se repiten en esta generosa tierra de altura. Hace algunos años, cubrí la festividad para el Diario Oficial El Peruano ( www.editoraperu.com ). La siguiente es una de las crónicas inspiradas en aquel viaje. No hay matadores vestidos de luces ni banderilleros de fintas elegantes. Quizás nunca los habrá, porque la plaza de toros no es una plaza de toros, es el patio de la escuela de lunes a viernes y el estadio del pueblo los fines de semana. Eso lo saben todos en Aquia... ¡bah!, pero no importa, igual, siempre hay corrida en honor a San Miguel Arcángel, aunque nunca falta una víctima de los mazazos de embriaguez del "chinguirito", la chicha y la cerveza, que grita gol en lugar de olé y pide penal cada vez que