Ir al contenido principal

Viajar...

Viajar, viajar, viajar, viajar, viajar… y un viajar más por si acaso, para que no quepan dudas, para que quede claro que vuelvo a explorar el Perú después de muchas lunas, demasiadas lunas, tantas, que ya pensaba cambiar el “y a veces vivo en Lima” de mis datos personales, por el de “y a veces, muy pocas veces, casi nunca salgo de Lima”.

Pero no lo haré (¡bravo!, ¡hurra!, ¡redoble de tambores!). Se acabo la mala racha, el anclaje urbano, la retahíla de salidas postergadas. Y es que no hay mal que dure cien año ni viajero que lo resista, así que hoy, sí, hoy en la noche, partiré hacia Huamachuco, en la sierra de La Libertad, un destino pendiente en mi agenda andariega.

Rencuentro con la aventura, con los caprichos del camino, con el palpitar de una travesía inédita. Me voy contento. Me despido feliz, tan feliz, que ahora solo tengo ganas de escribir: viajar, viajar, viajar, viajar, viajar… y un viajar más por si acaso. Vuelvo al camino.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Fiesta en Andamarca

Yaku Raimi Cuando las aguas están de Fiesta Texto: Rolly Valdiva Chávez Del polvo del archivo rescatamos una crónica sobre la fiesta del agua en Andamarca, que publicamos originalmente en septiembre de 1999 en La Última Página del diario oficial El Peruano. El texto rescata las costumbres de una celebración que se mantiene vigente en esta pequeña comunidad ayacuchana, conocida como la "capital de los Rucanas" (un aguerrido pueblo preincaico) y la "ciudad de los andenes", por la proliferación de terrezas cultivables esculpidas en los cerros por los ingenieros andinos. Al publicar esta nota, Explorando Perú quiere brindar un homenaje a los esforzados comuneros andamarquinos, quienes hasta en las épocas de mayor violencia política, siguieron respetando sus viejas costumbres, perpetuando una tradición de siglos. Fiesta de comuneros. Revolotear de trenzas y polle­ras. Oleadas de chicha de jora y calentito. Zapateo interminable. Pueblo con­quistado por un batallón de mági

Oxamarca: una historia entre la niebla

Explorando sale del letargo o de su agonía -usted escoja el término que más le guste- con esta crónica en la que el autor relata su visita a Chocta, un complejo arqueológico del distrito de Oxamarca (Celendín, Cajamarca) que está cubierto por las brumas del olvido y la indiferencia. Estamos de vuelta, una vez más. Pasará . Es difícil saber si lo dicen por convicción o si se trata tan solo de un amistoso engaño, de esos que suelen acompañarse con una sonrisa condescendiente y un par de palmaditas en el hombro, aunque en este momento de niebla y frío, de lluvia indecisa y sol opaco, nadie se acerca con ansias de brindar consuelo; entonces, surge la duda: y si ellos realmente lo creen. Esperar . Es lo único que queda. Tal vez, como afirman los que nacieron aquí, el mal momento pasará, más temprano que tarde pasará, entonces, todo será igual que en las jornadas anteriores -despejadas, brillantes, luminosas-, ideales para descubrir, tras las espinosas marañas del verdor, los mur

Los Toreros de Aquia

Los primeros días de octubre, el pueblo de Aquia (provincia de Bolognesi, Ancash) celebra la fiesta de su patrón San Miguel Arcángel. Procesiones, corridas de toros y hasta la captura del Inca Atahualpa, son algunas de las costumbres y estampas folclóricas que año a año se repiten en esta generosa tierra de altura. Hace algunos años, cubrí la festividad para el Diario Oficial El Peruano ( www.editoraperu.com ). La siguiente es una de las crónicas inspiradas en aquel viaje. No hay matadores vestidos de luces ni banderilleros de fintas elegantes. Quizás nunca los habrá, porque la plaza de toros no es una plaza de toros, es el patio de la escuela de lunes a viernes y el estadio del pueblo los fines de semana. Eso lo saben todos en Aquia... ¡bah!, pero no importa, igual, siempre hay corrida en honor a San Miguel Arcángel, aunque nunca falta una víctima de los mazazos de embriaguez del "chinguirito", la chicha y la cerveza, que grita gol en lugar de olé y pide penal cada vez que