Ir al contenido principal

El Fin de la Resaca

Una supuesta o posible resaca no es la causante del silencio "bloggero" de los últimos días. El camino y las playas del norte -calurosas, candentes, sensuales- son las que me tuvieron y tienen secuestrado hasta hoy. Así que ustedes, estimados lectores, sabrán comprender mi ausencia.

Quería escribir, contarles que andaba haciendo pero el mar y sus olas refrescantes, la arena doradita y tibia, las chicas con bikinis más que microscópicos (ojo las damas que lean estas líneas deben saber que hay varios muchachotes con apariencia de Charles Atlas), me impidieron cruzar la carretera Panamericana Norte y sancocharme de calor en una cabina de internet.

Espero que no lo tomen como una traición, pero la playa jala, además no todo en la vida es escribir y contar historias, de vez en cuando hay que relajarse. Comerse un cevichito con delectación o un arroz con marisco con su respectiva cervecita helada, dejarse quemar por el sol portentoso de la costa piurana o compartir un "poto" de chicha (no sean mal pensados, así se llama el recipiente en el que se sirve la bebida) con los pescadores de la caleta El Ñuro (distrito de Los Órganos), siempre amigables, siempre dicharacheros, aunque -en honor a la verdad- un poco "fallucos" con sus predicciones.

Y les cuento el porqué, hace unos cinco meses estuve en esta caleta primorosa y uno de los hombres de mar pronosticó -imbuido por el halo mágico del cerro El Encanto, temido por navegantes por ser el causante de más de un naufragio- que volvería a su pedazo de costa para la fiesta de San Pedro, el 29 de junio. Eso no fue todo, el viejo pescador aseguró que iba a tener una aventurilla con una sirena.

Pero se equivocó de fecha. Volví a El Ñuro pero en octubre. Nada de fiesta, tampoco sirenitas, sólo un armador que se quejaba del patrón porque paga poco, unos niños que pelotean en la arena y tres princesitas que le llevan el almuerzo a sus extenuados padres.

El amor quedará -una vez más- para la próxima, porque a la tercera va la vencidada, como reza el dicho. Y es que ahora no necesito de un vaticinio o profecía para saber que volveré. Sé que encontraré una razón para hacerlo....uhmmm, será por la chicha que estaba muy rica, aunque el "potito" andaba miedo gastadito... huy que obsceno... Mejor corto este relato,desordenado y casi sin sentido. Otra vez les pido disculpa, es el calor, el mar... el norte. Sí, es el norte.

***Piura, 3 de octubre de 2005. En una cabina de internet sin nombre de la avenida Sánchez Cerro, hace algunos días tomada por los hinchas de Gambia que llegaron al mundial sub 17; hoy cruzada por puñados de peregrinos que se dirigen a la serranía de Ayabaca, para la fiesta del señor Cautivo.

Comentarios

Anónimo dijo…
SALUDOS ROLLY:

SABES AMIGO; !ESTAS DISCULPADO¡
SE TE COMPRENDE LAS RAZONES...
PERO POR FAVOR AMIGO, NO CORTES EN LO MAS EMOCIONANTE DE TUS "VICIONES CARNALES".

TU AMIGO BADWIN

*SUERTE VIAJERO*
El que puede, puede ¿no? Qué bueno tener noticias tuyas desde el norte peruano...

Entradas más populares de este blog

Fiesta en Andamarca

Yaku Raimi Cuando las aguas están de Fiesta Texto: Rolly Valdiva Chávez Del polvo del archivo rescatamos una crónica sobre la fiesta del agua en Andamarca, que publicamos originalmente en septiembre de 1999 en La Última Página del diario oficial El Peruano. El texto rescata las costumbres de una celebración que se mantiene vigente en esta pequeña comunidad ayacuchana, conocida como la "capital de los Rucanas" (un aguerrido pueblo preincaico) y la "ciudad de los andenes", por la proliferación de terrezas cultivables esculpidas en los cerros por los ingenieros andinos. Al publicar esta nota, Explorando Perú quiere brindar un homenaje a los esforzados comuneros andamarquinos, quienes hasta en las épocas de mayor violencia política, siguieron respetando sus viejas costumbres, perpetuando una tradición de siglos. Fiesta de comuneros. Revolotear de trenzas y polle­ras. Oleadas de chicha de jora y calentito. Zapateo interminable. Pueblo con­quistado por un batallón de mági

Oxamarca: una historia entre la niebla

Explorando sale del letargo o de su agonía -usted escoja el término que más le guste- con esta crónica en la que el autor relata su visita a Chocta, un complejo arqueológico del distrito de Oxamarca (Celendín, Cajamarca) que está cubierto por las brumas del olvido y la indiferencia. Estamos de vuelta, una vez más. Pasará . Es difícil saber si lo dicen por convicción o si se trata tan solo de un amistoso engaño, de esos que suelen acompañarse con una sonrisa condescendiente y un par de palmaditas en el hombro, aunque en este momento de niebla y frío, de lluvia indecisa y sol opaco, nadie se acerca con ansias de brindar consuelo; entonces, surge la duda: y si ellos realmente lo creen. Esperar . Es lo único que queda. Tal vez, como afirman los que nacieron aquí, el mal momento pasará, más temprano que tarde pasará, entonces, todo será igual que en las jornadas anteriores -despejadas, brillantes, luminosas-, ideales para descubrir, tras las espinosas marañas del verdor, los mur

Homenaje a la mujer peruana

Corajudas, trabajadoras, bondadosas, sonrientes, también sabias. La mujer peruana, esté donde esté, demuestra su valía y entereza a pesar de las carencias económicas de su entorno social,la desigualdad secular y la prepotencia de algunos "hombres" de ideas cavernarias . Mujer campesina, mujer madre, mujer luchadora que alza su voz para protestar, como lo hicieron estas comuneras cusqueñas que, portando banderas blancas, pidieron justicia y reparación para las víctimas de la violencia terrorista en la antigua capital del Tawantinsuyo, durante la Caminata por la Paz y la Solidaridad, travesía que recorrió los antiguos caminos del inca el año pasado. Pilares y baluartes de las familias urbanas y rurales, la mujer andina, costeña y amazónica -a pesar de las dificultades y la discriminación de género- se gana a pulso su espacio en la sociedad. Con estas sencillas líneas e imágenes, Explorando saluda y felicita a las mamachas y niñachas de todo el Perú, en el día Internacional de