Junio 24. Perú de fiesta, inquietante, vívido, exótico y seductor. Rituales y bailes en la pampa y en la selva, también en el ombligo del mundo. Voces en quechua, cadenas humanas, brindis con chicha o masato, en los Andes o la Amazonía; brindis por el Sol o el agua de los ríos, por el hombre de sangre Inca que habla con los dioses antiguos y el shaman del monte que se entiende con las plantas y los animales.
Y vibra la altura ayacuchana. Chaccu, chaccu gritan las voces ancestrales en la Reserva Nacional Pampa Galeras Bárbara D’Achille; chaccu, chaccu y se juntan centenares de manos campesinas, manos comuneras para arriar a centenares, quizás miles de vicuñas, doncellas de los Andes admiradas por su belleza, codiciadas por sus finísimos vellones.
Chaccu, chaccu y la gente corre, se agita, las rodea, las conducen a un corral. Chaccu, chaccu y el rugido comienza a silenciarse y se rompen las cadenas humanas y las vicuñas –ahora frágiles y temblorosas- no comprenden lo que pasa y tienen miedo y se asustan y los comuneros las tranquilizan y las esquilan antes de dejarlas en libertad en las tierras del ichu y el soroche.
Y vibra el Cusco imperial. Retorna el Inca y sus dioses nunca olvidados. Inti Raymi en capital arqueológica de América, fiesta del sol para propios y extraños, para los trotamundos y los peruanos… y truenan los pututus y se habla el runasimi (la lengua de los hombres) para que lo escuchen todos en el Qoricancha y la plaza de Armas y Saqsaywaman.
Ceremonia majestuosa, teatral, tal vez demasiado perfecta, demasiado turística en una de las explanadas de Saqsaywaman, donde se instalan palcos y banquitas numeradas, incómodas, carísimas, casi todas ocupadas por extranjeros… y el Inca y su séquito de amautas, ñustas y guerreros convocan al dios Sol y baila y oran, actúan.
El ritual se acaba con la tarde y los extranjeros se marchan y el pueblo –hasta ese momento un espectador lejano- toma por asalto la explanada y sus inútiles asientos... y aparecen grupos danzas y conjuntos musicales y señoras que venden cuycito, huatia y chicha de jora. Baila el Cusco, sin viajeros ni entradas numeradas. Bailan los herederos de los hijos del sol.
Y vibra la selva, la alta y la baja, la del norte, la central y la del sur. Fiesta de San Juan, el patrón del bosque. Bailes y jolgorio en ciudades tórridamente seductoras como Iquitos o Tarapoto, en comunidades nativas habitadas por mitos y leyendas y hasta en los rincones más distantes de la espesura amazónica.
Y se hacen hogueras en la víspera de la celebración y se prepara el juane y se brinda con masato (bebida de yuca fermentada), con cerveza, con siete raíces y hasta con el portentoso RC (rompe calzón) y se baila y se goza y todos o casi todos, se purifican de pecados y resaca, en las aguas quietas de las lagunas o en los torrentes impetuosos de los ríos amazónicos.
Fiestas y más fiestas el 24 de junio. Nadie está excluido, todos son bienvenidos a los rituales y bailes en la pampa y en la selva, también en el ombligo del mundo… en fin, en el Perú entero.
Comentarios
Saludos
TE CUENTO QUE PASE LA FIESTA DE SAN JUAN, EN YUYAPICHIS; AL PIE DEL SIRA.
MI FAMILIA Y YO NOS PREGUNTAMOS, CUANDO TRENDRAS LA OPORTUNIDAD DE VISITARNOS Y CONOCER MAS DE SERCA AQUEL MISTERIOSO "SIRA".
SUERTE VIAJERO TE FELICITO POR TUS CRONICAS.
BADWIN YURI.
*DE LA SELVA SU ENCANTO*
jejeje me emocioné, gracias por el espacio.Sigue con tus crónicas ¡¡¡ánimo!!!
Gracias por acordarse de mí. Saludos a tu familia y espero volver pronto a Yuyapichis, eso sí, ya no me saldrán ampollas.
Excelente que te hayas emocionado, así sabemos un poco más de tu país y de tu hermosa La Paz.
Me alegra que fueras parte del año nuevo andino... Ah y si no sirve un oso, tu crees que serviría un rinoceronte (tu me entiendes, jajaja).
Saludos desde Satipo, en la selva central de Perú.