Juego de luces y sombras en una inmensa pared de sillar del Centro Histórico de Arequipa, la orgullosa y rebelde "Ciudad Blanca", que se ufana de sus centenarias iglesias y casonas; auténticas joyas arquitectónicas que sustentan su condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Cuando despierta la ciudad, los traviesos y ladinos rayos de sol characato, convierten a los monumentales muros de sillar (bloques de una piedra volcánica), en una pantalla o ecran urbano, en la que se proyectan como sombras chinescas, las siluetas de las farolas.
Protegida por volcanes dormidos y rodeada de campiñas pletóricas de verdor, Arequipa es una de las ciudades más bellas del país, como lo demuestra este clic madrugador -digamos somnoliento- del lente itinerante de Explorando Perú.
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