Ir al contenido principal

Clic de la Semana



Ignorando al cansancio, a las amenazas del soroche y a las decenas de kilómetros recorridos a todo pedal, dos ciclistas aventureros "vuelan" sobre un riachuelo que corre como serpiente en Ogopampa, un escenario geográfico con características de postal, en las afueras del brevísimo poblado de Santa Rosa (distrito de Aquia, Ancash).

Una, dos, tres veces, los deportistas iban y venían de un lado al otro, divirtiéndose como niños y disfrutando al máximo de su encuentro -cercano, entrañable, intenso- con las montañas y quebradas de la sierra ancashina.

Apenas transitada por pastores y arrieros, Ogopampa apareció como un milagro en la ruta de los "pedaleros". Allí, bajo la égida del apu Quicash, un gigante condenado al deshielo por el calentamiento global, levantaron sus carpas para pasar la noche; una noche fría y congelada, una noche bajo cero a pesar de las cimbreantes llamas de la fogata y la dudosa protección de las bolsas de dormir.

La noche se hizo larga, como largo fue el camino del puñado de aguerridos y osados deportistas de Aquia, Huaraz y Alemania, que decidieron ser parte de una aventura inédita: unir Aquia con Pastoruri, uno de los nevados emblemáticos del Parque Nacional Huascarán, en dos jornadas kilométricas.

Explorando acompañó a los deportistas la primera jornada, acampó con ellos y compartió la gélida noche en Ogopampa. Felizmente, nuestro lente no se congeló y pudimos rescatar este clic.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Fiesta en Andamarca

Yaku Raimi Cuando las aguas están de Fiesta Texto: Rolly Valdiva Chávez Del polvo del archivo rescatamos una crónica sobre la fiesta del agua en Andamarca, que publicamos originalmente en septiembre de 1999 en La Última Página del diario oficial El Peruano. El texto rescata las costumbres de una celebración que se mantiene vigente en esta pequeña comunidad ayacuchana, conocida como la "capital de los Rucanas" (un aguerrido pueblo preincaico) y la "ciudad de los andenes", por la proliferación de terrezas cultivables esculpidas en los cerros por los ingenieros andinos. Al publicar esta nota, Explorando Perú quiere brindar un homenaje a los esforzados comuneros andamarquinos, quienes hasta en las épocas de mayor violencia política, siguieron respetando sus viejas costumbres, perpetuando una tradición de siglos. Fiesta de comuneros. Revolotear de trenzas y polle­ras. Oleadas de chicha de jora y calentito. Zapateo interminable. Pueblo con­quistado por un batallón de mági...

Oxamarca: una historia entre la niebla

Explorando sale del letargo o de su agonía -usted escoja el término que más le guste- con esta crónica en la que el autor relata su visita a Chocta, un complejo arqueológico del distrito de Oxamarca (Celendín, Cajamarca) que está cubierto por las brumas del olvido y la indiferencia. Estamos de vuelta, una vez más. Pasará . Es difícil saber si lo dicen por convicción o si se trata tan solo de un amistoso engaño, de esos que suelen acompañarse con una sonrisa condescendiente y un par de palmaditas en el hombro, aunque en este momento de niebla y frío, de lluvia indecisa y sol opaco, nadie se acerca con ansias de brindar consuelo; entonces, surge la duda: y si ellos realmente lo creen. Esperar . Es lo único que queda. Tal vez, como afirman los que nacieron aquí, el mal momento pasará, más temprano que tarde pasará, entonces, todo será igual que en las jornadas anteriores -despejadas, brillantes, luminosas-, ideales para descubrir, tras las espinosas marañas del verdor, los mur...

A brindar con masato

No es una insinuación, tampoco la expresión de un deseo velado de continuar con los festejos por el primer aniversario de Explorando Perú . En realidad es pura coincidencia, una de esas casualidades de la vida que nunca faltan la que me hace publicar este post, con la fotografía de una mujer asháninka de la comunidad de Coriteni Tarzo (provincia de Satipo, Junín), en plena faena de preparación del tradicional masato , la bebida infaltable en el verdor amazónico. A puro punche y con gran esfuerzo, el ollón con varios kilos de yuca y camote sancochado es molido, triturado, convertido en masa pastosa con un remo "disfrazado" de cucharón. El procedimiento es más que agotador y la señora lo realiza en silencio, totalmente concentrada y sin mirar a los curiosos que pululan por su minúscula comunidad, perdida en el exuberente follaje que tapiza las orillas del río Tambo. En la selva se masatea de día y de noche, cuando hay fiesta o hace calor, cuando llega un visitante o se van los...