Cuando parecía que la Triste historia de un plagio había llegado a su fin, la crónica La procesión del Señor de los Milagros: “Un fenómeno social y religioso de grandes proporciones”, ha vuelto a ser publicada en Punoinfo.com, sin cambiar los créditos, eliminar los párrafos copiados o hacer mención del autor y la fuente original.
La única novedad es que Magaly Ramos, directora de dicho medio y, a la sazón, una de las firmantes del artículo plagiado, explica o intenta explicar en unas cuantas líneas, lo sucedido con la crónica en mención. De esa manera, responde o cree responder, a la serie de mensajes que denuncian la descarada copia.
Lamentablemente, sus argumentos son tan simples y manidos, digamos primariosos, que ni el bondadosísimo Señor de los Milagros, le otorgaría su indulgencia.
La ¿periodista? Ramos, tal vez inspirada por aquella frase de que la cuerda siempre se rompe por el lado más débil, arguye que fue la señorita Carmen Solís Paredes (la supuesta coautora de la nota), quien "me hizo llegar al artículo a mi correo, sin imaginar que lo haya plageado" (sic).
Luego, en una lavada de manos que dejaría turulato al mismísimo Pilatos, afirma que ella colocó su crédito, porque le "hize (sic) algunas correcciones y está bajo mi responsabilidad".
Pero, la ¿directora? Ramos falta a la verdad, al menos en los párrafos que son de mi autoría y que su publicación mantiene en la web desde el 23 de octubre. Basta con comparar mi post Lima de Milagros con el texto en mención, para darse cuenta que no existen "algunas correcciones" en las partes "robadas", excepto la eliminación total de la palabra Lima. (la borró Ramos o Solís... esa es la cuestión).
Además, es poco creíble que la señora Ramos no haya sospechado que algo raro había en el artículo, sobre todo cuando en el subtitulo Una voz en la multitud, una morena espigada narra que el Señor de los Milagros, salvó a su esposo e hijos de morir en el mar de la "Herradura". Sí, la Herradura, la popularísima playa limeña.
Cualquier director o editor perspicaz, se hubiera sorprendido -aunque sea un poquito- ante ese testimonio, porque la procesión que describe la practicante Solís, tiene como escenario a las calles de Puno, donde las posibilidades de encontrar a una morena espigada que relate un milagro ocurrido en las costas del Pacífico, es bastante remota.
Pero la "avispada" directora de Punoinfo.com no sospechó nadita y, como el texto le pareció bien escrito, no cambió ni un punto ni una coma. ¡Vaya trabajo de corrección!. Sin duda terminó agotadísima y, después de ese descomunal esfuerzo de creatividad, era justo y necesario que su crédito apareciera en esa crónica tan "original", cuyo título, primer párrafo y el subtítulo anteriormente mencionado, son de mi autoría.
En la misiva colgada en su web, la directora del plagio -perdón, del medio puneño- manifiesta estar muy apenada y que "desde el momento que nos enteramos... la señorita (Solís) dejó de laborar en este medio". Finaliza su penoso alegato, pidiendo las "disculpas del caso y ahora más que nunca tengo mayor cuidado con las practicantes".
Lo realmente curioso es que a pesar de reconocer que el artículo no es de su autoría y que buena parte del mismo fue "cortado y pegado" por una de sus practicantes, los créditos de Magaly Ramos y de la defenestrada Carmen Solís, siguen apareciendo en la nota, al igual que los párrafos birlados.
No sería más digno y ético que de una buena vez -y para siempre- eliminaran el texto. O es que la directora cree que con su tímida explicación borra la falta. No sé porque, pero al leer su mensaje (perdido entre las demás misivas de los lectores) pensé en las famosas lágrimas de los cocodrilos.
La única novedad es que Magaly Ramos, directora de dicho medio y, a la sazón, una de las firmantes del artículo plagiado, explica o intenta explicar en unas cuantas líneas, lo sucedido con la crónica en mención. De esa manera, responde o cree responder, a la serie de mensajes que denuncian la descarada copia.
Lamentablemente, sus argumentos son tan simples y manidos, digamos primariosos, que ni el bondadosísimo Señor de los Milagros, le otorgaría su indulgencia.
La ¿periodista? Ramos, tal vez inspirada por aquella frase de que la cuerda siempre se rompe por el lado más débil, arguye que fue la señorita Carmen Solís Paredes (la supuesta coautora de la nota), quien "me hizo llegar al artículo a mi correo, sin imaginar que lo haya plageado" (sic).
Luego, en una lavada de manos que dejaría turulato al mismísimo Pilatos, afirma que ella colocó su crédito, porque le "hize (sic) algunas correcciones y está bajo mi responsabilidad".
Pero, la ¿directora? Ramos falta a la verdad, al menos en los párrafos que son de mi autoría y que su publicación mantiene en la web desde el 23 de octubre. Basta con comparar mi post Lima de Milagros con el texto en mención, para darse cuenta que no existen "algunas correcciones" en las partes "robadas", excepto la eliminación total de la palabra Lima. (la borró Ramos o Solís... esa es la cuestión).
Además, es poco creíble que la señora Ramos no haya sospechado que algo raro había en el artículo, sobre todo cuando en el subtitulo Una voz en la multitud, una morena espigada narra que el Señor de los Milagros, salvó a su esposo e hijos de morir en el mar de la "Herradura". Sí, la Herradura, la popularísima playa limeña.
Cualquier director o editor perspicaz, se hubiera sorprendido -aunque sea un poquito- ante ese testimonio, porque la procesión que describe la practicante Solís, tiene como escenario a las calles de Puno, donde las posibilidades de encontrar a una morena espigada que relate un milagro ocurrido en las costas del Pacífico, es bastante remota.
Pero la "avispada" directora de Punoinfo.com no sospechó nadita y, como el texto le pareció bien escrito, no cambió ni un punto ni una coma. ¡Vaya trabajo de corrección!. Sin duda terminó agotadísima y, después de ese descomunal esfuerzo de creatividad, era justo y necesario que su crédito apareciera en esa crónica tan "original", cuyo título, primer párrafo y el subtítulo anteriormente mencionado, son de mi autoría.
En la misiva colgada en su web, la directora del plagio -perdón, del medio puneño- manifiesta estar muy apenada y que "desde el momento que nos enteramos... la señorita (Solís) dejó de laborar en este medio". Finaliza su penoso alegato, pidiendo las "disculpas del caso y ahora más que nunca tengo mayor cuidado con las practicantes".
Lo realmente curioso es que a pesar de reconocer que el artículo no es de su autoría y que buena parte del mismo fue "cortado y pegado" por una de sus practicantes, los créditos de Magaly Ramos y de la defenestrada Carmen Solís, siguen apareciendo en la nota, al igual que los párrafos birlados.
No sería más digno y ético que de una buena vez -y para siempre- eliminaran el texto. O es que la directora cree que con su tímida explicación borra la falta. No sé porque, pero al leer su mensaje (perdido entre las demás misivas de los lectores) pensé en las famosas lágrimas de los cocodrilos.
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