Una pintoresca casa de madera en la pequeña comunidad de Pampa Verde, la primera que encontramos en el camino hacia la Cordillera del Sira. Fue en este sosegado y caluroso paraje donde descubrí la inmensidad de las ampollas -parecían cráteres lunares- que comenzaron a torturar mis pies en los primeros rigores de una jornada que alcanzaría los 28 kilómetros (sólo en su primer día). Lamentablemente y a pesar de la acertada "intervención quirúrgica" de José Luis, el líder de la travesía, tuve que abandonar la aventura y desandar lo andado en una frágil pero invicta canoa.
*Más información en: rollyvaldivia.blogspot.com/2005/08/ltimo-minuto.html
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