Sólo un par de párrafos para no perder la costumbre y comunicarle a los sacrificados seguidores de Explorando Perú, que el editor-redactor-viajero y, según las malas lenguas, vagabundo profesional que dirige esta bitácora, sigue vivito y coleando.
No me encuentro en la plaza de Armas ni en las inmediaciones del Qoricancha, menos en el ahora iluminado Saqsaywaman, la fortaleza o templo que permite observar el manto urbano del Cusco, imperial y sagrado.
No estoy en ninguno de eso lugares, más bien escribo estas líneas desde la terminal terrestre, lugar sin mayores encantos, bullicioso y concurrido, donde unos hombres con voces de tenores trasnochados, gritan hasta la desesperación nombres de ciudades: Puno, Tacna, Arequipa, qué se yo...
Dentro de un par de horas seguiré el llamado de unos de ellos y partiré hacia Arequipa, la Ciudad Blanca, mi última escala en este viaje relámpago que me llevó por Puno, Juliaca, Pucará (región Puno), Sicuani, Raqchi, Andahuaylillas, Piquillacta y Tipón (región Cusco).
Caminé, observé, fotografié y me deleité una vez más con las piezas líticas de los hombres de Pucará, recorrí el templo de Wiracocha en Raqchi con sus muros enormes y su inédita columna, la iglesia de Andahuaylillas, considerada la "Capilla Sixtina de América", los restos waris de Pikillaqta y el templo inca de Tipón, donde se rendía culto al agua proveniente de las alturas.
Antes de despedirme del Cusco y confinarme en su desconcertante terminal, recorrí la plaza de Armas, como un tributo y un adiós a la querendona ciudad de los Incas que, como siempre, me recibió con los brazos abiertos.
Espero que la despedida sea breve, apenas un suspiro y que, en poco tiempo, vuelva a recorrer las calles imperiales del ombligo del mundo andino.
Los tenores siguien gritando. Se acerca la hora, el camino me llama y los párrafos deben terminarse. Eso sí, fueron más de tres.
No me encuentro en la plaza de Armas ni en las inmediaciones del Qoricancha, menos en el ahora iluminado Saqsaywaman, la fortaleza o templo que permite observar el manto urbano del Cusco, imperial y sagrado.
No estoy en ninguno de eso lugares, más bien escribo estas líneas desde la terminal terrestre, lugar sin mayores encantos, bullicioso y concurrido, donde unos hombres con voces de tenores trasnochados, gritan hasta la desesperación nombres de ciudades: Puno, Tacna, Arequipa, qué se yo...
Dentro de un par de horas seguiré el llamado de unos de ellos y partiré hacia Arequipa, la Ciudad Blanca, mi última escala en este viaje relámpago que me llevó por Puno, Juliaca, Pucará (región Puno), Sicuani, Raqchi, Andahuaylillas, Piquillacta y Tipón (región Cusco).
Caminé, observé, fotografié y me deleité una vez más con las piezas líticas de los hombres de Pucará, recorrí el templo de Wiracocha en Raqchi con sus muros enormes y su inédita columna, la iglesia de Andahuaylillas, considerada la "Capilla Sixtina de América", los restos waris de Pikillaqta y el templo inca de Tipón, donde se rendía culto al agua proveniente de las alturas.
Antes de despedirme del Cusco y confinarme en su desconcertante terminal, recorrí la plaza de Armas, como un tributo y un adiós a la querendona ciudad de los Incas que, como siempre, me recibió con los brazos abiertos.
Espero que la despedida sea breve, apenas un suspiro y que, en poco tiempo, vuelva a recorrer las calles imperiales del ombligo del mundo andino.
Los tenores siguien gritando. Se acerca la hora, el camino me llama y los párrafos deben terminarse. Eso sí, fueron más de tres.
Comentarios
Diviertete por nostros, estimado vagabundo y sigue disfrutando al máximo de tus viajes.
El que puede, puede. Al resto sólo os queda envidiarte un poquito.
Los afectos de siempre
n.t.v.
Saludos,
Saludos,
Ya estoy en Lima y tengo las fotos en la computadora. Tarde o temprano la verás en Explorando.
Gracias por la visita,
Ya he estado en Otuzco, mas no en la fiesta de la Virgen de la Puerta.
Uno de las primeras crónicas de Explorando, relata mi visita a este pueblo de la sierra norteña.
Saludos,
TE ESCRIBO PARA FELICITARTE POR TUS CRONICAS; QUE NOS HACE VER LO MUY AFORTUNADOS QUE SOMOS TODOS LOS PERUANOS, AL TENER UN PAIS MUY RICO EN COSTUMBRES, PAISAJES, CULTURAS, TRADICIONES,ETC.
TUS AMIGOS BADWIN Y ALDO
*SUERTE VIAJERO*
Nunca digas nunca. De repente vuelvas a tierras incas antes de lo que piensas.
Saludos