






En bus o en camión, en moto o en bicicleta, a caballo o a pie, también volando -qué, cómo, estás seguro-... Y es que todo vale, todo sirve para llegar prontito, rapidito nomás, papay, al cañón de Suykutambo o Tres Cañones, donde entre paredes rocosas, bosques de queñuas y cauces aparentemente perezosos, la mañana-tarde se ha puesto buena, buenaza, con danzas, con música, con tremendas aventuras en el río, en los caminitos cimbreantes, en los taludes pedregosos.
Y hay gente de cerca y de lejos. De Toroyoc, de Machupuente, de Coporaque, de Yauri -la capital de la provincia de Espinar- del Cusco monumental, de la blanca Arequipa, de la pisquera Lunahuaná, de Lima las tres veces coronada y hasta de las europas, señorcito...
Y por qué diablos no avanzamos... caray, quién trajo ese bus tan pituquito, tan bajito que no puede pasar, que se atolla, que a todos nos detiene y nos demora. Achachau, nos vamos a perder la fiesta.
Camino bloqueado. Un bus que no pasa; un bus que sufre. Tránsito detenido en el primer día del IV Festival Ecodeportivo, Turismo de Aventura y Danzas Tres Cañones, donde pasa de todo un poco entre el viernes 9 y el sábado 10 de abril; bueno, pasa casi todo, menos ese micro que parece atollado.
Suertudos los que van en moto, a caballo, en bicicleta o a pie. Los otros a esperar. Mucho o poco, quizás no tanto o, tal vez, siempre sea demasiado. La espera desespera y si lo duda y si nunca lo ha vivido, hoy lo experimentará, porque esta historia no tiene desenlace. Quizás aparezca mañana o pasado o dentro de una semana, en fin, hasta la próxima entrada de Explorando...
Por ahora, solo queda esperar, como esperamos en el camino a Tres Cañones, la Otra Maravilla del Cusco... (Continuará).
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