Manos a la obra en la comunidad de Castillo (Huari, Ancash), donde todos o casi todos -miren a la señora de azul- dejan sus quehaceres cotidianos para descargar los postes de luz traídos en un veterano y rechinante camión.
El trabajo comunal y solidario es una antiquísima costumbre andina, que -felizmente- todavía se conserva en varios pueblos y caseríos de la sierra, demostrando que los preceptos sociales de las culturas prehispánicas, como la incaica, siguen vivos en el inconsciente colectivo.
La imagen marcó mis primeros pasos en el Inka Naani, una travesía andariega de cinco días que terminó en el complejo arqueológico de Huánuco Pampa.
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