En su rústico taller, un artesano posa al lado de su obra inconclusa. "Es mi novia", bromea antes de iluminar su rostro con una sonrisa, la misma que parece prolongarse al rostro de arcilla de su coqueta acompañante.
Los creadores chulucanos (provincia de Morropón, Piura), son herederos de una rica tradición alfarera que se remonta a tiempos prehispánicos, cuando los tallanes y los hombres de la cultura vicús dominaban estas calurosas tierras.
"El arte viene de familia. Me lo enseñaron mis padres", se ufana César Alache Adrianzén, quien dijo estar dispuesto a adpotarme si es que por esas cosas del destino, abandonaba los caminos y decidía aprender las ancentrales técnicas del paleteo (moldeo a mano y con golpes de paleta), y la “pintura negativa” (método de decoración basado en la reducción del oxígeno en la cocción), fundamentales en la preciada cerámica de Chulucanas.
Aún no he aceptado la oferta de César. Por ahora sigo en los caminos, mientras él continúa dándole vida a la arcilla, como lo hicieron sus padres y lo harán sus hijos... bueno, si es que algún día de estos, su robusta y sonriente novia se anima a darle el sí.
Comentarios
Rody
Todavía no quiero que me adopten. Quedan muchos caminos por recorrer. Salvo que me quiera adoptar una linda chulucanita.
son lo maximo
slds
Rody