Cielo azul, montañas enormes, mantos de nieve. Esa es la magia del Callejón de Huaylas y la Cordillera Blanca, un espacio congelado donde el sol resplandece en la piel albina de las nevados y el viento susurra extrañas y tentadoras melodías en los oídos de los curtidos aventureros que buscan coronar las cumbres del Huascarán (el más alto del Perú), el Alpamayo o el Pisco. Los que aún no estamos preparados para semejantes retos, tenemos que contentarnos con cimas más afables y cercanas, más fácilmente conquistables como la del Pastoruri, retratada en esta imagen.
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